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Si no le preocupa la anulación de la neutralidad de la red, quizás deba prestar más atención. 
Si no le preocupa la anulación de la neutralidad de la red, quizás deba prestar más atención. 

La FCC decide condicionar el acceso a la red

La Comisión Federal de Comunicaciones ha decidido rescindir las reglas de neutralidad de la red, que aseguraban un acceso libre y gratuito al internet.

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Una nueva y tenebrosa estrategia del gobierno de Donald Trump ha desatado el pánico entre las compañías de comunicación, Hollywood y cualquiera que tenga un mínimo conocimiento sobre historia política.

La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), a través de su presidente nominado por Trump, Ajit Pai, ha desechado las regulaciones establecidas por el gobierno de Barack Obama para garantizar el acceso al internet como un servicio y no como un bien de consumo o lujo tan sólo asequible por quienes puedan pagar los gastos.

Según reporta Reuters, esta movida sería una “victoria” para proveedores del servicio como AT&TInc, Comcast Corp y Verizon Communications Inc, quienes podrían monopolizar a partir de ahora el acceso a la información a nivel nacional, incluyendo su derecho a la censura de ciertos contenidos.

Mignon Clyburn, comisionado demócrata de la FCC, aseguró que la decisión promulgada por los republicanos “entregará las llaves del Internet a un puñado de corporaciones multimillonarias”.

Si bien es cierto lo que argumenta Pai – que antes del 2015 no vivíamos precisamente en una “distopía digital” – el efecto de esta recisión no se sentirá de manera inmediata, pero el “extraordinario” poder ahora otorgado a las grandes compañías podría “manipular y discriminar” el tráfico de información, como aseguro la comisionada demócrata Jessica Rosenworcel.

El “Título II” de la regulación promovida por Obama requería a los proveedores del servicio (o ISP) “manejar todos los datos compartidos de manera igualitaria”, evitando así la polarización o la manipulación de los canales de información.

Como bien explica el Huffingtonpost, “Comcast, por ejemplo, podría cobrar un suplemento a los clientes que utilicen Netflix por el exceso de banda ancha o AT&T podrá, en teoría, bloquear por completo el acceso a algunas páginas web”.

Si bien estas aseveraciones parecieran anuncios apocalípticos, la realidad podría no ser muy diferente.

Optimistas como Michael Powell, director de la National Cable & Telecommunications Association argumentó que “no podemos vivir bajo el principio de que el que no exista una ley que prohíba algo implica que ese algo sucederá”.

Pero en una era política liderada por un hombre en campaña contra los medios de comunicación – y cuyos asesores más cercanos se cuentan entre los hombres más ricos del país – el pánico no pareciera tan infundado.

Y para muestra un botón: la nueva medida de la FCC también le quita el poder a los gobiernos estatales y locales de promover sus propias leyes al respecto.

Es decir que esta medida podría no sólo violar la libertad de información sino que también centraliza las decisiones en un país reconocido por su federalismo legislativo.

Si bien Pai aseguró que la decisión “eventualmente ayudará a los consumidores al permitirle a los proveedores ofrecer mayor variedad de servicios” promoviendo así la “competencia”, lo que realmente sucederá será la aniquilación de las pequeñas empresas y de los proyectos emprendedores, quienes podrían no poder costearse sus primeros años.

En resumidas cuentas, la decisión de la Comisión afectará la velocidad de la conexión, su accesibilidad y la regulación de su costo; impedirá el surgimiento de pequeñas empresas y otorgará el poder absoluto a grandes compañías multimillonarias, todo al mejor estilo del gobierno de turno.