Liliana Ortiz-Bermúdez, fundadora del Festival Latino de los Berkshires en el condado de Berkshire, MA, y anfitriona del festival durante casi 30 años, quiere construir un centro comunitario latino.

Nacida en Cali (Colombia), Ortiz-Bermúdez llegó a Estados Unidos para obtener su título de maestría en 1988. Se trasladó a Berkshire en 1990 cuando un familiar la convenció.

Estaba allí cuando Berkshire celebró su primer evento comunitario latino en 1991: una misa celebrada en español en la iglesia de Santa María de Lee, a la que acudieron latinos de los pueblos de alrededor.

Aunque el grupo era pequeño -quizá menos de 70 en total-, Ortiz-Bermúdez se animó a asumir ella misma el papel de organizadora de eventos, lanzando el primer festival latino en 1995.

"Fuimos a los festivales americanos, al de verano, al Apple Squeeze. Entonces empecé a pensar en cómo hacer un festival que tuviera un impacto en los estadounidenses", dijo Ortiz-Bermudez al Berkshire Eagle.

Llevó un registro diligente de las direcciones de los asistentes y repartió sobres de colores brillantes para anunciar el festival, lo que le dio fama de ser "La mujer del Festival Latino".

A su vez, recibió preguntas sobre su vida como inmigrante latina y se convirtió en alguien a quien los nuevos inmigrantes podían acudir gracias al festival.

Por su trabajo, ha sido galardonada con el premio a la excelencia latina del Caucus Legislativo Negro y Latino de Massachusetts del 4º Distrito de Berkshire.

"El Festival Latino es una ventana que muestra a los demás cosas que apreciarán de nuestras culturas", dijo Ortiz-Bermúdez.

A pesar de sus esfuerzos, Ortiz-Bermúdez no pudo hacer carrera con su participación en la comunidad, ya que sospechaba que su acento español la hacía objeto de decisiones sesgadas.

Pero Ortiz-Bermúdez no se deja detener por eso.

La población latina de Berkshire ha ido creciendo desde aquel primer festival, hasta llegar a los 5.000 miembros de una comunidad a la que Ortiz-Bermúdez trata de aportar cultura y arte.

Tras 27 años de festivales, mira hacia el futuro de la comunidad latina y hacia otra meta que no ha completado: un centro latinoamericano para las artes.

Ortiz-Bermúdez sabe que los proyectos totalmente voluntarios no son fáciles de mantener y que el festival que empezó puede acabar con ella.

Sus esperanzas son crear el centro de artes para que se reconozca la importancia del arte latinoamericano y lo que puede aportar, buscando donaciones para poder hacerlo realidad.

"Me gustaría dejar un legado. Si yo muero, los que están ahí ayudándome también mueren, y [si] otros se cansan, el Festival Latino morirá. Sólo será un recuerdo", dijo Ortiz-Bermúdez.

"Esta es la tierra del arte. Todo el mundo viene aquí por el arte. Deberíamos tener un centro de arte latinoamericano para mantener viva nuestra cultura. Dejaremos constancia de lo mejor que hemos traído en nuestros corazones", continuó.