El prolífico arquitecto uruguayo Rafael Viñoly falleció el pasado jueves 2 de marzo a la edad de 78 años. 

A lo largo de su carrera, Viñoly se ha convertido en el autor intelectual de numerosos edificios de renombre y sus obras han dado la vuelta al mundo.

"Fue un visionario al que echarán de menos todos aquellos en cuyas vidas influyó su trabajo", declaró Román Viñoly, hijo y socio de Viñoly, en un comunicado.

"Deja un rico legado de diseños distintivos y atemporales que se manifestaron en algunas de las estructuras más reconocibles e icónicas del mundo, entre ellas el Foro Internacional de Tokio, el Museo de Arte de Cleveland, el Aeropuerto de Carrasco en Montevideo y el 20 de Fenchurch Street en Londres", continuó.

Además de su hijo Román, le sobreviven su esposa Diana, sus hijastros Nicolás y Lucas, y su hermano Daniel.

Nacido en 1944 en Montevideo, Viñoly se convirtió a los 20 años en socio fundador del Estudio de Arquitectura, un importante estudio de diseño con sede en Argentina, según la biografía de su empresa. Se convertiría en uno de los mayores estudios de diseño de toda Latinoamérica. 

Cuando Viñoly llegó a Estados Unidos en 1978 y dejó atrás su anterior carrera, encontró en Manhattan un nuevo hogar para su estilo sombrío y relativamente sobrio. En 1983 fundó el estudio Rafael Viñoly Architects, del que fue director y diseñador principal.  

Su primer proyecto en la ciudad fue en 1994 una instalación deportiva para el Lehman College del Bronx. Mientras que la fachada estaba decorada con acero y cristal, la parte trasera era sencilla y discreta. 

Herbert Muschamp, crítico de arquitectura del New York Times, lo consideraría una muestra de la seriedad de Viñoly y se mostró aliviado por su moderación.

Pero no todas las obras del arquitecto serían tan bien recibidas.

Una de sus obras más notables -o quizá tristemente célebres- es la torre "Walkie-Talkie" de Londres: un rascacielos que se hizo tristemente célebre cuando la estructura cóncava de sus ventanas redirigió la luz y fundió partes de un coche aparcado en el exterior.

Por otro lado, una de sus obras más recientes es el puente de la Laguna Garzón, un puente circular y una pasarela peatonal que cruzan una laguna de 4.448 metros de longitud, diseñados para ser respetuosos con el medio ambiente.

Sin embargo, más allá de un edificio concreto, el legado de Viñoly perdurará en los rascacielos de todo el mundo.

Muchos de los socios, directores y colaboradores de su empresa han declarado que "prolongarán su legado arquitectónico en el trabajo que seguiremos realizando cada día", como dijo Román.

En estos momentos se está preparando un funeral en Nueva York, cuyos detalles se darán a conocer en los próximos días.