
Empresas en modo pausa: La economía estadounidense muestra signos de desaceleración
Una estadística de la Oficina del Censo de EE.UU. muestra que las empresas se mantienen estables y a la espera.
Mientras los titulares de los grandes medios financieros debaten si la economía estadounidense se encamina hacia una recesión, una encuesta del propio gobierno ofrece una visión clara: las pequeñas y medianas empresas del país están frenando el paso.
Según la más reciente edición de la Business Trends and Outlook Survey (BTOS) publicada por la Oficina del Censo el 27 de marzo, los empresarios reportan menos ingresos, estancamiento en la contratación de personal y recortes en las horas de trabajo. Esta encuesta, que recoge quincenalmente la percepción de miles de empresas en todo el país, sirve como un termómetro clave de la economía real: la de la calle, la de los negocios que emplean a millones, incluyendo a una gran parte de la comunidad latina.
Los índices recogidos por la BTOS muestran una tendencia clara en lo que va del año. Para la parte final de marzo, las señales de enfriamiento se mantienen. El índice de desempeño general de las empresas bajó a 52.4 desde el 53,6 de finales de 2024. El indicador de ingresos aumentó a 41.3 desde 40,3, pero el empleo y las horas trabajadas se sostienen por debajo de 50 (con 47.3 y 45.8, respectivamente) y con una caída frente al cierre del año pasado, lo que indica que las empresas no están contratando personal adicional ni aumentando su operación. En contraste, el único indicador que se mantiene en zona positiva es el de tiempos de entrega (52.4), lo cual sugiere cierta estabilidad operativa, aunque en un entorno de baja demanda.
Estos datos confirman lo que ya se venía sintiendo en diversos sectores: un enfriamiento de la actividad empresarial, justo cuando se recrudecen las políticas comerciales del gobierno de Donald Trump y persiste la incertidumbre global.
Sensación generalizada
La prensa económica ha comenzado a sonar las alarmas. Un reportaje de Barron’s titulado “Small Businesses Are Stalling” destaca cómo las cifras de la BTOS pueden ser la señal temprana de una desaceleración económica más amplia. Por su parte, Reuters recoge que el optimismo de los directores financieros ha caído significativamente desde que Trump anunció nuevos planes arancelarios, lo cual afecta directamente a las decisiones de inversión y expansión de muchas compañías.
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Además, la caída en la confianza del consumidor –reportada por AP como la más baja en 12 años– complica aún más el panorama. Si las personas compran menos, las empresas venden menos. Y eso, para muchos dueños de pequeños negocios, especialmente en sectores como el comercio minorista o la gastronomía, representa una tormenta perfecta.
Impacto para los negocios latinos
La comunidad latina, que representa más del 25% de la fuerza emprendedora en EE. UU., puede ser una de las más afectadas por esta desaceleración. Según la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos (USHCC), muchos de los negocios latinos son microempresas que dependen directamente del flujo de caja diario.
Además, la incertidumbre política y los constantes cambios regulatorios también generan preocupación entre emprendedores latinos que ya enfrentan barreras de acceso al crédito, discriminación y menor protección legal.
Aunque los tiempos de entrega y la logística empresarial se mantienen estables –un índice positivo que sigue por encima de 52 puntos–, los expertos advierten que eso no basta para sostener la confianza empresarial si los ingresos no repuntan y la demanda interna se sigue debilitando.
El gobierno federal aún no ha anunciado medidas específicas para responder a esta desaceleración, aunque algunos legisladores demócratas han pedido un nuevo paquete de apoyo para pequeños negocios. De momento, los empresarios –latinos y no latinos– parecen estar entrando en “modo defensa”, ajustando operaciones mientras esperan claridad en el horizonte económico.
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