En la actualidad existen 4,4 millones de empresas creadas por latinos que aportan más de $700.000 millones anuales a la economía norteamericana. Ryan Bethencourt es uno de esos latinos que aportan al sector. Su padre, inmigrante cubano, lo invitó a unirse al negocio familiar de plomería, sin embargo, Ryan tenía otros planes: hoy es director ejecutivo y confundador de la startup vegana de alimentos para mascotas, Wild Earth.

Según explica Bloomberg, la startup de Bethencourt ganó el respaldo del multimillonario Mark Cuban en la trasmisión del reality show Shark Tank recaudando $16 millones. La compañía de Bethencourt es una de las empresas de dueños latinos que contribuyen con la economía estadounidense. Sin embargo, el éxito de Bethencourt para obtener acceso al capital es una excepción, según la Iniciativa de Emprendedores Latinos de la Escuela de Negocios de Stanford Graduate ya existe una brecha de oportunidades significativa para los latinos en Estados Unidos.

En el quinto informe anual de esta asociación de emprendedores latinos se observan las continuas disparidades con las empresas no latinas. Los investigadores proyectan brechas que afectan la economía de los Estados Unidos por un total de $410 mil millones en ingresos anuales, afectando a 1 millón de empleos.

Desde el comienzo de la crisis financiera en el año 2009, el crecimiento en el número de propietarios de negocios latinos ha superado rápidamente el promedio nacional, aumentando en un 34% en comparación con el 1% de todos los propietarios de negocios estadounidenses.

Según estadísticas del mismo informe, por cada 100.000 adultos latinos en Estados Unidos, 510 comenzaron un nuevo negocio en 2018. No solo implica la creación de emprendimientos, también las empresas latinas vienen aumentando en tamaño desde 2012, cuando aproximadamente 64.000 de ellas generaron ingresos de $1 millón o más. La Iniciativa de Emprendimiento Latino de Stanford estima que el número ha aumentado a 150.000.

Sin embargo, el acceso a fondos de inversión externos no ha seguido el ritmo de crecimiento latino. Los prestamistas desconfían de los riesgos de los créditos a compañías más pequeñas y muchos latinos carecen de las conexiones necesarias para acceder a los inversores.

Para las empresas latinas en menos probable obtener préstamos de bancos o de capitales de riesgo. Cuando todo esto falla lo normal es que se financien sus empresas a través de deudas de tarjetas de crédito o factoring, la práctica de vender con descuento. Sin embargo, estas prácticas conllevan un riesgo personal que puede impedir la capacidad de estas florecientes empresas de prosperar o sobrevivir, según explica Bloomberg.