Diez millones de jóvenes de América Latina no tienen empleo
En América Latina hay 106 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, de los que 10 millones están desempleados y 16 millones no estudian ni buscan trabajo.
Las mujeres jóvenes son las que tienen empleos más inestables, menos seguros y son más discriminadas en el mercado laboral, con un 11 por ciento que trabajan en empleo doméstico.
Estas son algunas de las cifras recopiladas por la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) a lo largo de las reuniones preparatorias de la XVIII Cumbre Iberoamericana de El Salvador, que fueron presentadas a los jefes de Estado y Gobierno de la región.
La Cumbre, celebrada desde el 29 hasta el 31 de octubre, tiene como tema central "Juventud y Desarrollo" en Iberoamérica.
El informe destaca que "aunque el desempleo juvenil disminuyó, aún alcanza el 19 por ciento en la población activa de 15 a 24 años, casi el triple en porcentaje al desempleo en adultos".
Además constata que "buena parte de los empleos" que consigue ese segmento de población "son precarios y de baja calidad", por lo que concluye que "el trabajo está aun lejos del alcance de los jóvenes, especialmente de aquellos que parten de una situación de pobreza y exclusión".
"Conciliar la educación y el trabajo constituye una combinación adecuada que permitirá desarrollar estrategias de inserción a nivel individual", señala el documento que aconseja "mejorar la flexibilidad" del sistema educativo y laboral para compaginar las dos actividades.
Sostiene asimismo que la realidad de la región "sitúa a una proporción importante de jóvenes en condiciones de marginalidad socioeconómica, con altos riesgos sociales y desafiliados institucionalmente".
Teniendo en cuenta que "hacia 2015 América Latina tendrá su mayor número de jóvenes entre 15-24 años", considera que este "es un momento clave para implementar políticas inclusivas de los jóvenes, mejorando la calidad de la educación y articulando el eslabón educación y empleo".
Señala también que según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), si se redujera a la mitad el desempleo juvenil, el PIB regional crecería entre un 5 y un 7 por ciento.
También considera importante "generar políticas públicas" de empleo juvenil, tomando en cuenta las nuevas tecnologías, además de promover la "cultura de emprendimiento en los jóvenes" y formular "planes y políticas en los Estados que vinculen educación y empleo".
Los análisis de indicadores muestran "grandes diferencias" entre jóvenes rurales y urbanos, el 23 % de los primeros completó sus estudios frente al 56 % de urbanos, así como entre indígenas (35%) frente a no indígenas (50 %).
Destaca asimismo el elevado número de jóvenes que ni estudian ni trabajan, el 18 por ciento de entre 15 y 19 años, lo que supone "una situación de exclusión y falta de sentido de pertenencia", con un mayor peligro de participar en conductas de riesgo y violentas.
Conseguir un empleo es la principal preocupación de los jóvenes de América Latina.
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