La niñez de Natalia Ortiz-Torrent en Hato Rey, Puerto Rico, estuvo llena de cercanía, familiaridad y generosidad.

Su padre era el propietario de un gran almacén en su pueblo natal de Cayey.

“Crecí, prácticamente, en ese negocio”, dijo Ortiz-Torrent, agregando que con frecuencia, además de encargarse de su crianza y la de su hermana menor, en casa, su madre también trabajaba en el almacén. 

Estar cerca del negocio probó ser muy valioso para la joven Ortiz-Torrent.

“Aprendí sobre el valor del dinero, el valor de la responsabilidad… y el valor de ayudar a otros”, dijo. 

Esos valores, unidos a su pasión por la ciencia, pronto se convertirían en el camino hacia su actual trayecto profesional en la medicina. 

Al inicio, Ortiz-Torrent estudió química en la Universidad de Puerto Rico en Ponce, como una ruta más segura que el de la escuela de medicina, con la meta de convertirse en química profesional. 

Más tarde, sin embargo, se enteró que había sido aceptada en la Escuela de Medicina de Ponce, una de las tres escuelas de medicina en Puerto Rico que contaban con acreditación LCME, justo después de haber aprobado sus exámenes privados y obtener su licencia para convertirse en química autorizada. 

“No tuve la oportunidad de empezar a ejercer porque empecé a estudiar medicina”, dijo Ortiz-Torrent. 

Al graduarse de la Escuela de Medicina de Ponce, Ortíz-Torrent se trasladó al territorio continental estadounidense y empezó su capacitación en el Departamento de psiquiatría de la Temple University, durante cuatro años; más tarde --en 2005-- hizo la transición a su actual área de especialización en psiquiatría de enlace y consulta.

Ortiz-Torrent dijo que se decidió por el área de psiquiatría durante sus rotaciones como estudiante de tercer año de medicina.  

“Al sentarme y conversar con los pacientes, al escuchar sus historias; ayudarlos y aprender sobre la raíz de sus problemas, y cómo sus conductas o emociones afectaban sus enfermedades médicas, y cómo las condiciones médicas afectaban sus conductas… dije, ‘Muy bien, esto es perfecto. Esto es lo que quiero hacer’”, recordó Ortiz-Torrent.  

Su área de psiquiatría de enlace y consulta , en la que se desempeña como directora médica del programa en el Hospital de la Universidad de Temple, analiza la interconexión entre cómo el cerebro, la mente, el espíritu, la cultura y la psicología interactúan entre sí. 

Además de su puesto en el Temple University Hospital, Ortiz-Torrent es muy activa en el área de voluntariado e iniciativas filantrópicas. Esto se destaca sobre todo en su puesto como Presidente de SILAMP (siglas en inglés de la Sociedad de profesionales médicos ibero y latinoamericanos). . 

SILAMP es una asociación de profesionales médicos y proveedores de salud latinos, en el área tri-estatal, interesados en compartir sus ideas, recursos y éxitos con sus comunidades.

“Queremos mejorar y promover la educación, y abrir oportunidades de educación en las carreras de la atención médica para la población latinoamericana que reside en los Estados Unidos o que desea practicar en los Estados Unidos”, dijo Ortiz-Torrent.

En ambos puestos, Ortiz-Torrent dice que la parte de mayor gratificación es la capacidad de “marcar la diferencia”. Razón por la cual, ella realmente disfruta trabajar con sus pacientes y generarles confianza.

“En la psiquiatría, no es fácil ganarse la confianza en todo momento, pero existen formas en las que se puede lograr”, dijo refiriéndose a su puesto en Temple Hospital. Pero eso no evita que asesorar a los estudiantes y ayudar a la comunidad con SILAMP le resulten gratificantes.

En general, Ortiz-Torrent quiere ser un líder que ayude a crear el puente para los estudiantes de color que quieren ingresar a la profesión médica y ayudar a brindar acceso a los recursos valiosos que pueden aportar a convertir ese anhelo en una realidad.