Empezó el día después de su 16 cumpleaños. Mientras Deyjah disfrutaba de los regalos que le había obsequiado durante la fiesta, su padre, el rapero T.I, dejó una nota colgada en la puerta del cuarto: “Ginecólogo. Mañana. 9:30”.

¿Había estado esperando este momento durante años? ¿Era una suerte de rito de paso familiar, una anticuada tradición? ¿Había advertido antes a su hija que a partir de los 16 años vigilaría de muy cerca la integridad de su himen? Y lo más importante, ¿estaba ella de acuerdo?

Están sentados ambos en la consulta del ginecólogo. Clifford –el nombre real de TI- y su hija se miran, el médico acaba de pedirles que firmen unos documentos donde Deyjah apruebe compartir información muy íntima con su padre.

“¿Hay alguna cosa que no quieres que sepa?, le pregunta Clifford TI a la menor. “¿Ve, doctor? No hay ningún problema”.

“Todo lo que quiero que sepan –añade el médico- es que hay otras muchas formas además del sexo de que el himen de una mujer se rompa, como montar en bicicleta, a caballo o simplemente haciendo ejercicio físico”.

“Mire doctor –le contesta Clifford-, ella no monta a caballo ni en bicicleta, ni practica ningún deporte. Así que compruebe su himen…”

Poco podía imaginarse la primogénita del rapero que esa embarazosa visita al ginecólogo iba a convertirse en una tradición familiar… Y mucho menos que dos años después, justo cuando Deyjah acababa de empezar sus estudios en la universidad, el músico y cantante presumiría de su himen intacto y bajo control paterno en un programa de radio.

Internautas, personalidades como la madre adolescente de The Teen Mum Kailyn Laowry, e incluso organizaciones como Planned Parenthood o Advocates for Youth mostraron su disgusto y estupefacción ante las declaraciones del rapero, realizadas a principios de esta semana en el conocido podcast “Ladies Like Us”.

Pocas horas después de emitirse el programa y debido a las reacciones en redes, las conductoras del podcast, Nazanin Mandi y Nadia Moham, tuvieron que retirarlo e incluso postear una disculpa.

Más tarde, Mandi eliminó su cuenta de Twitter. 

“Nos pilló completamente con la guardia baja, deberíamos haber reaccionado de un modo diferente. Tanto los comentarios que hicimos como nuestra reacción no reflejan nuestros puntos de vista sobre el tema. Apoyamos y amamos a las mujeres y creemos que ellas pueden hacer lo que quieran con sus cuerpos”.

La guinda del debate la puso uno de los internautas, quien lanzaba una pregunta tan certera como angustiosa:

¿Qué hubiera ocurrido –escribía- si Deyjah hubiese tenido el himen roto?

Y más aún, ¿de qué forma acompañamos a nuestros hijos en su despertar sexual? ¿Cómo les explicamos que deben tener relaciones seguras sin colonizar sus cuerpos ni sus voluntades? Sin provocarles un trauma o, como ha quedado claro en esta historia, sin ejercer un dominio machista que ningún profesional médico debería haber permitido nunca.

A todo esto, ni el manager del rapero ni la madre de la joven, la cantante MS Niko, se han pronunciado. Quizás su silencio sea lo único que no se rompa. 

En Estados Unidos, a pesar de que no haya ninguna ley que lo prohíba y que el Colegio de Obstetras y Ginecólogos no tengan ninguna guía sobre cómo obrar en casos como el de Harris, existen implicaciones éticas y es considerada como una práctica invasiva que aún sigue realizándose.

En una encuesta realizada por Marie Claire a 288 ginecólogos, un 10% de ellos confesó que los padres u otro familiar de las pacientes le habían pedido que las palpase; y un 34% afirmó que sí lo hicieron pero ocultándole los resultados a los acompañantes para evitar represalias.  

“No hay una apariencia estándar del himen, ni tampoco es una prueba fiable de la  actividad sexual previa de alguien", Jaclyn Monoz, ginecóloga.

No obstante, de acuerdo a la doctora Jaclyn Munoz, especialista en Obstetricia y Ginecología de Philadelphia, esta información solo es revelada por el profesional médico en caso de que la paciente corra un grave peligro: “Los informes sobre el historial y los exámenes y exploraciones (incluyendo el himen) son confidenciales y son los médicos quienes deben asegurarse de crear un espacio seguro para abordar junto a la paciente adolescente temas sobre su sexualidad y su pubertad”, apunta.

Y recuerda que  “no hay una apariencia estándar del himen, ni tampoco es una prueba fiable de la  actividad sexual previa de alguien. Puede haberse desgarrado por múltiples motivos, incluyendo el uso de tampones, traumatismos en los genitales externos o masturbación”, concluye.

En otros países, estos exámenes de "pureza" son necesarios incluso para ingresar en el cuerpo de Policía, como ocurre en Indonesia; y en Afganistán, por ejemplo, el sexo extra marital, cuya prueba –aunque errónea- es el test de los dos dedos, está penado incluso con la muerte por deshonor familiar. 

Tal vez merece la pena recordar que en nuestro país existe el mismo tipo de moral taimada que en muchos otros y se sigue produciendo opresión y colonización de los cuerpos de las mujeres y su sexualidad.