El retorno de Luis Miguel
Luis Miguel, la serie acaba de terminar su primera temporada en Netflix, el domingo pasado. Fueron 13 episodios que revelaron esos detalles que habían sido un…
Estaban guardadas en una esquina oculta --muy oculta-- de la memoria. Callaron por casi treinta años: no volviste a oírlas, no las cantaste más. De repente, estás allí, delante de la computadora, repitiéndolas enteras, cada letra, cada giro de sus melodías. La adulta de 44 años que eres, y que se creía exquisita por haber superado hacía mucho la etapa púber y postadolescente de las baladas y la música pop, se descubre poniendo todas las playlists de Luis Miguel en Spotify. Te das cuenta de que su juventud era tan tierna como la tuya, acaso un par de años mayor, cuando hizo que te aprendieras al pelo todas las rancheras y boleros que versionó en esos discos de principios de los 90’s con los arreglos de Armando Manzanero.
Bastó que vieras Luis Miguel, la serie en Netflix para derribar el prejuicio, volver a cantar, y reconocer, a tantos años vista, el fenómeno. De cómo una plataforma de televisión por internet aprovecha el alcance de la World Wide Web para resucitar tu memoria emocional antigua –o hollywoodizar el mal como con el asesino Pablo Escobar--. Y, también, de cómo hace renacer a un artista que estaba desaparecido de la vida pública desde hacía siete años, aunque había sido el cantante más famoso del mercado iberoamericano. Ni siquiera sabías que Luis Miguel se había callado, como esas canciones en tu cerebro. Al hombre que vendió más de 100 millones de discos en la era de los longplays y los cedés –el primer latinoamericano en recibir un disco de oro en Estados Unidos por un álbum grabado en español—lo habían demandado por incumplimiento de contrato al no presentarse a los shows. Había dejado de dar entrevistas. El Sol de México, LuisMi, se había escondido.
Ahora está de vuelta, por obra y gracia de Netflix.
A sus 48 años, Luis Miguel está de gira en España. Ya actuó o actuará en Ciudad de México, con casi todas las funciones agotadas, y en Texas, Nueva York, California y Las Vegas. Y lanzó un disco nuevo en noviembre de 2017,¡México por siempre!, como antesala de la serie y acaso una premonición de su éxito.
Regresó, sí. Mientras tanto los espectadores comprendemos mejor por qué Luis Miguel cuidaba tanto su vida privada y por qué cultivó aquella fama de arrogante.
“Luis Miguel renació después de haber tocado fondo”, dijo a DPA el biógrafo español Javier León Herrera, el autor de la biografía en la que la serie está basada. El cantante autorizó el libro, Luis mi rey, la apasionante historia de Luis Miguel, y también la serie de Netflix.
La primera temporada, que terminó ayer, trasmitió 13 capítulos que revelaron detalles de la vida de Luis Miguel que hasta ahora habían sido un misterio. Lo hizo con ánimo retro. De una manera atípica para una plataforma como Netflix, el show transmitía un solo episodio semanal --también la transmitió Telemundo--, dejando todo en suspenso con los créditos finales. Como en las telenovelas clásicas, pero con una historia real que asoma brutalidad. La violencia doméstica marcó las vidas de Luis Miguel y a sus hermanos. También la tragedia: la madre desapareció sin rastro.
Luis Miguel Gallego Basteeri nació en Puerto Rico en 1970, creció en México. La serie muestra cómo lo explotaba su padre el músico español Luisito Rey (que murió en 1992). Siendo su manager, lo drogó cuando era niño para potenciar sus actuaciones y lo estafó cuando era una celebridad de solo 18 años. Su madre italiana, Marcela Basteri, a quien Rey también maltrató, desapareció en 1986. La última persona que la vio con vida fue precisamente Rey.
La médula de la primera temporada es el proceso de esa desaparición y su búsqueda, con la ayuda, incluso, del Mosaad.
La serie es una clara denuncia de violencia machista a tono con los movimientos globales del ¡ya no más!. Lo apunta con lucidez la escritora peruana y feminista Gabriela Wiener en un artículo de opinión en The New York Times en español: “De pronto, la biografía de una celebridad importa más en tanto se ha construido sobre ese silencio: la invisibilización de la violencia machista en uno de los continentes [Latinoamérica] más peligrosos para ser mujer”.
Todo el mundo está hablando de Luis Miguel, incluso él (o su community manager), usuario tímido de las redes sociales.
Los portales digitales hicieron críticas de cada episodio como si todo fuera ficción. Publican datos actualizados sobre la vida de Luis Miguel.
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Cada domingo, la audiencia –curiosos y nostálgicos, y millennials que veían el programa con sus padres-- se reunía en Twitter e Instagram con la etiqueta #LuisMiguellaserie. Convirtieron a Luisito Rey en el enemigo público número 1 de México. El último episodio no contó todo lo que pasó con Marcela Basteri. Algunos cabos sueltos quedaron para la temporada que viene.
#LuisMiguelLaSerie my mood right now pic.twitter.com/AEuusVngEW
— Cristhian Lopez (@thianlopezz) July 16, 2018
#LuisMiguelLaSerie LOS DOS VILLANOS MAS ODIADOS DE LA HISTORIA ... LIKE SI ESTAS DE ACUERDO pic.twitter.com/lP0ht7v3ll
— Victor Manuel (@vgalind1) 17 de julio de 2018
El marketing también saca partido. En Ciudad Juárez, al norte de México, una empresa de piñatas artesanales creó piñatas de Luis Miguel y su padre. “Soy fan de la serie y me dije: tenemos que darle a la gente una oportunidad para liberar su rabia contra Rey”, dijo a EFE Adilene Sánchez, su creadora.
Así que la industria del entretenimiento se sube a la ola del clamor global contra el silencio y por la justicia, mientras, al mismo tiempo, impulsa el regreso del artista que una vez fue su gallina de los huevos de oro. Todo al mismo tiempo, todo con la semántica de la era digital moderna.
Lo ves. El tiempo ha pasado, has cambiado y él también. Y ya no quieres dejar de seguir cantando con él.
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