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Festival de Las Ánimas en el Cementerio General de Mérida (México). Vía Getty Images.
Festival de Las Ánimas en el Cementerio General de Mérida (México). Vía Getty Images.

Sarah Chavez: “El Día de Muertos es una luz para mitigar el dolor y la aflicción de los mexicanos”

Mujer Chicana y directora de la Orden de la Buena Muerte, la historiadora Sarah Chavez reivindica el Día de Muertos como un símbolo de identidad y resistencia…

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En estos momentos, cada pequeño pueblo y cada ciudad de Mexico está celebrando el Día de Muertos. E incluso los mexicanos que viven en Estados Unidos crean altares, adornan las casas, templos y escuelas con catrinas y calaveras, visitan cementerios y llevan ofrendas. ¿Pero cuáles son las verdaderas raíces de esta antiquísima fiesta? ¿Se honra igual a la Muerte a un lado y otro de la frontera? 

Para Sarah Chávez, historiadora chicana y directora de la Orden de la Buena Muerte, una organización dedicada a promover la aceptación positiva de la cultura y los procesos de muerte como parte fundamental de la vida, la “Flaquita” es más que una maestra, una compañera.

Sarah Chavez, directora de la Orden de la Buena Muerte.

Los mexicanos tienen una relación con la muerte mucho más cercana que otras culturas, la celebran. ¿Cuál es el significado que tiene para la comunidad?

No han tenido el privilegio de ignorarla o rechazarla, que es un actitud común en los países occidentales. La guerra, las muertes por la violencia de las drogas, la migración y los feminicidios son la triste realidad que subyace bajo lo que muchos perciben como ‘celebraciones’ bellas y coloridas.

Esta durísimas realidad entra en conflicto con las cándidas narrativas que a menudo aplicamos a la relación del mexicano con la muerte, tal y como dijo Octavio Paz en “Laberinto de Soledad”: “Para el ciudadano de Nueva York, Paris o Londres, muerte es una palabra jamás pronunciada porque te quema los labios. Los mexicanos, por otro lado, la frecuentan, se burlan de ella, la acarician, duermen con ella,... Es cierto que en esta actitud hay quizás el mismo miedo que otros tienen, pero al menos no esconde su miedo ni a la muerte; la contempla cara a cara”.

Los rituales y observancias alrededor de la muerte, el duelo y el trabajo con los ancestros existen en parte para mitigar el dolor y la inmensa aflicción de los mexicanos. La muerte es un asunto duro al que hacer frente, pero tener una guía como el Día de Muertos provee una luz en la oscuridad y el misterio de la Muerte.

¿En qué medida las tradiciones y creencias funerarias de los Chicanos se han visto afectadas por la cultura de Estados Unidos? 

Teniendo en cuenta que la muerte y las creencias funerarias han sido colonizadas y “profesionalizadas”, muchos de los ritos de nuestros ancestros solo se practican ya en zonas rurales. Y eso ocurre, por ejemplo en la isla de Janitzio, donde siguen reverenciando el Día de Muertos porque han podido mantener sus cultos. 

Las prácticas fúnebres en Estados Unidos están legisladas, como toda la industria funeraria. Aunque los velatorios son comunes, prácticas como la embalsamación y el perpetuo cuidado de los cuerpos enterrados en el cementerio son excepcionales en U.S.

Un rito muy popular es visitar los cementerios y encender velas. Getty Images.

El Día de Muertos tiene unos orígenes muy antiguos... ¿Cómo honraban las culturas Precolombinas a la Muerte? 

Las personas Pre-Hispánicas poseían ideas y prácticas muy complejas alrededor de la muerte y los muertos. Y lo ves muy claramente en cuanto empiezas a explorar su mitología, y las historias sobre la Creación y el Más Allá.

Cuando morían, viajaban a un lugar conocido como Mictlan, que era regentado por Mictlandtecuhtli y Mictecacihualt, el dios y la diosa de la Muerte.

Los Mexicas celebran durante un mes “El Pequeño Festín de la Muerte”, que incluye rituales de ofrendas a los muertos, los dioses de la muerte, y festines que se cree están en el mero origen del Día de Muertos.

Las calaveras y Catrinas fueron símbolos de caridad e identidad, ¿son símbolos políticos también? 

Las Catrinas siempre han sido políticas. Fueron popularizadas por José Guadalupe Posada, un artista conocido por su arte político, que vestía a La Catrina como las clases altas para hacer una sátira de esos nativos que habían abandonado su cultura en favor de las tradiciones aristocráticas europeas en la época pre-revolucionaria.

El Día de Muertos tiene una larguísima historia política, se ha escrito mucho sobre los horrores de la colonización española de Mexico. Los conquistadores consideraban este día una “abominación” y legislaron contra él; para mí, desde luego, lo más relevante es la tenacidad de los indígenas por mantener sus rituales y la estrecha relación que tenían con la muerte, pese a los empeños de la iglesia por erradicar estas prácticas “paganas” que honraban a los ancestros aplicando castigos y torturas.

Y es evidente que eran de inmensa importancia para ellos, los definían y llenaban sus corazones y sus espíritus. Durante siglos, Mexico ha luchado por mantener esta única e íntima relación con la muerte.

En los Estados Unidos, las primeras observancias públicas del Día de Muertos ocurrieron durante un tiempo de disturbios políticos y culturales en la comunidad Chicana. Fue una respuesta directa a la brutalidad policial y el reclamo de los derechos civiles por la educación y los derechos de los trabajadores del campo... lo que dio lugar al Movimiento Chicano. En Los Angeles, los altares mantienen este legado. Muchas de las luchas de nuestros padres y abuelos siguen hoy en día, y se reflejan en los altares.

Día de los Muertos en Oaxaca (Mexico). Vía Getty Images.

¿Has creado tu propio altar?

Durante estos últimos años no lo hago porque viajo a Mexico por el Día de Muertos. Cuando estoy en casa, suelo usar una de esas cajas grandes que servía para cargar la efigie de un santo Católico. Es un acto de resistencia. La iglesia ha dedicado cientos de años a abolir el Día de Muertos y criminalizar las prácticas indígenas y honro su resiliencia y su sacrificio por legarnos estos sagrados rituales. 

Celebraciones como La Reunión, donde los mexicanos abren puertas y ventanas para recibir a las almas de los niños difuntos, son un puente entre vivos y muertos. ¿Debemos entenderlas como una superstición o como un acto real?

No importa en qué creas, sí lo son. Y no solo conectan a vivos y muertos, sino a los propios Latinos. Refuerzan nuestra identidad cultural y raíces comunes. 

Cada cual lo entenderá de acuerdo a sus propias necesidades y creencias:

Para algunos será una reunión literal con la muerte, donde se hacen ofrendas y regalos a los difuntos para que se los lleven a la otra vida; para otros, tendrá un significado un poco más ligado a la superstición, pero aun así crea un espacio para recordar a los que ya no están y reflexionar sobre nuestra propia mortalidad.

¿Y cómo han cambiado estos rituales? Es decir, es probable que algunos de ellos incluso se hayan perdido. 

¡Sí, han cambiado mucho! Algunas prácticas sagradas fueron abolidas por los colonizadores y se perdieron, como dices. Las creencias católicas prevalecieron sobre las pre-hispánicas y alimentos que se utilizaban en los rituales de muerte, como el amaranto, desaparecieron y adoptamos otros que venían de ellos, como el azúcar o la harina. Por eso es que hoy tenemos esqueletos de azúcar y pan de muerto.

Y en años más recientes, hemos visto la influencia de Estados Unidos y el Halloween en Mexico, en tanto que el Día de Muertos ha sido comercializado en U.S. y puedes encontrar eventos en cada ciudad. Un buen ejemplo de este intercambio entre los dos países es la parada de Día de Muertos de Ciudad de Mexico, que se inspiró en la que aparece en la película de James Bond, "Spectre". 

Personajes de "007 Spectre" en el desfile de Día de Muertos, en Mexico.

¿Cuál es la mejor forma de honrar a los que ya no están?

Diría que la que tenga más sentido para la propia persona o su familia. Y no tiene por qué estar ligada a ninguna fecha en particular, puedes crear tus propios rituales y llenarlos de sentido.

Cocinar, por ejemplo, un platillo para compartir con los muertos, crear un altar, leer un poema, poner una canción, encender una vela, escribir una carta, meditar… Lo que te ayude. 

¿Y la mejor forma de enfrentar los procesos de muerte?

Como dijo Octavio Paz, cara a cara.

Sin embargo, dado que la muerte está socialmente marginalizada, la mala muerte es bastante común -muerte violenta, o por no poder permitirse tratamientos médicos…-. Para mí, es evidente que todas las personas deberían tener acceso a estas cosas para que pudiera tener el mejor final posible. 

¿Es la muerte un maestro? ¿Qué nos enseña?

La muerte es una compañera, su presencia es constante. No solo tenemos constancia de nuestra propia mortalidad, sino que además transitamos innumerables muertes a lo largo de la vida; cada final de ciclo y cada estación, relaciones que terminan… Esas muertes también son sentidas y lloradas.

La muerte nos enseña muchas cosas, pero la más valiosa es que tenemos un tiempo limitado en la tierra y esto debería movernos a tener vidas más auténticas y priorizar a las personas y las cosas realmente importantes.

Tendemos a disfrutar más de la vida cuando somos conscientes de su fugacidad.