Gabriel García Márquez, más conocido como “Gabo”, solía decir que Cien Años de Soledad no es más que un vallenato de 400 páginas, en referencia al tradicional género musical colombiano. 

“Creo que más que cualquier otro libro, lo que me abrió los ojos fue la música, los cantos vallenatos ... Me llamaba la atención, sobre todo, la forma cómo ellos contaban, cómo relataban un hecho, una historia … Esos vallenatos narraban como mi abuela", escribió el conocido autor colombiano, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982.

Pero Cien años de Soledad es mucho más que un vallenato. 50 años después de su publicación -la primera tirada del libro salió a la venta el 30 de mayo de 1967 - , la conocida novela de García Márquez es hoy una obra de referencia en las facultades de literatura de todo el mundo, tanto por su valor literario y estético, como por el hecho de haberse convertido en el referente de un nuevo género literario: el realismo mágico.

“Leí Cien Años de Soledad a los quince años y quedé deslumbrado por completo. Fue, literalmente una lectura que me cambió la vida: para empezar, porque me hizo apostar por la literatura en lugar de por la ingeniería,” confiesa el autor colombiano Luis Noriega, ganador del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez en 2016.

El propio Gabo admitió que estaba escribiendo una novela “muy larga y muy compleja” cuando su editor en Editorial Sudamericana, una editorial de Buenos Aires fundada por editores argentinos y españoles, le preguntó cómo iba su próximo proyecto. Ni el editor de Sudamericana ni García Márquez imaginaron que iba a convertirse en un éxito de ventas, ni mucho menos en un referente literario mundial.

“Soy de los que creen que está a la altura de El Quijote. No se me ocurre otra novela latinoamericana o española más influyente en la segunda mitad del siglo XX, la auténtica edad dorada de la novela en castellano,” añade Noriega, autor de Razones para desconfiar de sus vecinos (Random House, 2016).

Ambientada en Macondo, pueblo ficticio en la costa caribeña de Colombia, García Márquez creó una novela en que se mezclan de forma única los aspectos mundanos con la fantasía. Una fórmula rompedora, que le permitió contar los dramas humanos de su país de una forma mucho más atractiva y amena que si hubiera optado por el estilo costumbrista que predominaba en la literatura de retrato social en lengua española  en ese momento.

A pesar de las dudas iniciales del editor y del propio autor, el realismo mágico resulto ser una fórmula efectiva: hasta hoy, Cien Años de Soledad lleva cerca de 50 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, en más de 40 idiomas diferentes.

“Ah, sí, ¿aquel libro donde el protagonista se llama Aureliano Buendía, verdad?, suelen decir los que leyeron Cien Años de Soledad en su día. Aunque no recuerden la trama, nadie parece olvidarse del apellido que da nombre a la familia protagonista de la novela, inspirada en las vivencias de su propio autor.

“García Márquez quiso reproducir el ambiente que vivió de pequeño en casa de sus abuelos, en Aracataca, una ciudad en la costa caribeña de Colombia”, escribe en un ensayo reciente Alvaro Santana-Acuna, investigador del Harry Ransom Center, centro vinculado a la Universidad de Texas, en Austin.

García Márquez vivió con sus abuelos en Arcataca hasta los ocho años y las memorias de su infancia son un recurrente constante en sus novelas, observa Santana-Acuna. En 1966, el autor pasó largas temporadas en Aracataca con el fin de documentarse para la novela. Fue allí donde descubrió su pasión por los vallenatos y desarrolló el estilo del realismo mágico, añade el experto.  

Quiso reproducir el ambiente que vivió de pequeño en casa de sus abuelos

 “García Márquez inauguró un género y lo colapsó. Ya nadie puede entrar en el realismo mágico sin que el resultado sea sonrojante,” opina Malcolm Barral, editor de Malpaso, editorial mexicana con sede en Barcelona.

Empujada por el éxito en Argentina y Latinoamérica, Cien Años de Soledad enseguida dio el salto al mercado español, donde las principales editoriales de Barcelona y Madrid estaban sedientas de descubrir nuevos talentos latinoamericanos. Era el inicio del llamado "Boom" de autores latinoamericanos.  

“Cien Años de Soledad rasgó el panorama literario en español y demostró que existían muchos más caminos para la literatura en este idioma. Sin esta novela, la calidad de la literatura en español hoy en día sería mucho más baja”, conlcuye Barral.