Ni elegantes trajes de noche ni capas de maquillaje, Merian rompe con todos los estereotipos de los intérpretes de música criolla con su pelo rapado, su piercing en la nariz y sus corbatas. 

Mejor conocido como Eme, el cantante ha revolucionado la música tradicional peruana en un país que, como él mismo admite, todavía “rechaza la diversidad”. 

Heredero de los sonidos de los Andes, con su disco “Raíz/es” consiguió conectar los boleros, los vals y huaynos con un público joven dinamitando las ideas más trilladas en torno a la música y la identidad de género. 

“Ser mujer es una ideología”, declaró la popular intérprete mexicana en una entrevista. Con tres álbumes a la espalda y unos sonidos de inspiración ochentera, la música para Zemmoa (derivación del francés ‘c’est moi’ o “soy yo”) es su “mero mole”.

La cantante, productora y modelo no suele definirse como persona trans, sino como mujer a todos los efectos, pero sabe que es un faro para otras identidades poco visibilizadas en el ámbito musical. 

“Estoy en esa batalla. Ahora somos más mujeres como yo representando”, declaró. 

Cuando una discográfica le cerró la puerta por atreverse a mostrar su identidad de género, la artista decidió crear su propia compañía, Zemmporio Record y canciones como “Te enterraré el tacón” se han convertido en himnos tan viscerales como orgullosos. La prueba de que defender los derechos LGTBI no es incompatible con pasarla bien y, por qué no, ser un poco despiadada. 

“¡Vengan a bailar conmigo, perras, ángeles, demonios, queridxs!”, dice Mx Matías desde su bandcamp. 

Una artista que ha cautivado a muchos con su sátira y sus letras humorísticas y que además toca todos los palos, desde la cumbia, la bossa nova, el flamenco y la samba hasta el house y el electropop. 

El espíritu de una artista trans originaria de Los Ángeles que está siendo imparable y que compone y produce música queer latina volviendo del revés la cultura pop. Como demuestra el hit Sailor Cumba, basado en el clásico de anime “Sailor Moon”.

Tras esta banda punk LGBTI anti todo de Bogotá (Colombia) está la artivista Daniela Maldonado, que canta a las personas trans y a las trabajadoras sexuales y la violencia y exclusión de la que son víctimas, pero esgrimiendo unas letras satíricas, duras y demoledoras de estereotipos. 

“Las personas trans trabajadoras sexuales no teníamos espacios de trabajo ni de participación dentro de la población LGBTI. Éramos burladas, criticadas. Los que más duro nos daban eran gays y lesbianas. Por eso decidimos hacer acciones aparte”, explicó en una entrevista la colombiana, que había sido trabajadora sexual y conoció de primera mano la violencia sexual y física. 

El álbum de estudio de Radamel 666, Ruptura de ligamento cruzado (2019) es puro veneno para la opresión y cada vez que suben a un escenario su punk atronador y sus performances sin censurar son un torpedo para las morales más estrechas.