Ángela Torres es la nueva encarnación para la Niña del Fuego
La joven Angela Torres publica tras varios viajes un primer disco en el que consigue aunar el empoderamiento latino actual con las pulsiones andaluzas de su…
Prende en la pared un póster del clásico argentino La niña del fuego (1952) mientras al calor de las llamas, medio siglo más tarde, la nieta de la actriz propaga calentura bajo esas llamas contoneándose sensual y con decenas de técnicas sonoras atravesando su aflamencada voz.
El nuevo EP de la actriz y cantante argentina Ángela Torres, llamado también La niña del fuego, funciona como origen de una nueva y potente identidad musical y como juego metareferencial.
Si en el clásico en blanco y negro una joven andaluza viajaba a Buenos Aires para triunfar como artista aquí nos encontramos con que una joven de Buenos Aires ha viajado al sur y luego hasta España para convertirse en tendencia.
Parece que Ángela Torres se ha servido de las habilidades en las tareas de producción y edición de Alizzz, que ha trabajado antes con Rosalía y C. Tangana en las nuevas fusiones musicales, para demostrar que son muchos los modos de aunar flamenco y rap moderno.
Concretamente del trap y no sólo en lo audiovisual, ya que el autotune deformando sus tonos es una marca de la casa. Relega el sonido andaluz al beat o al coro mientras ella puede dedicar las armonías a demostrar que puede rapear, dejar que las melodías sean transformadas por autotune o simplemente bailar divinamente.
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Seis temas en los que la joven demuestra en equipo que todavía puede estirarse más la fusión entre lo latino y lo europeo, precisamente añadiendo a la suma puro sonido de Atlanta.
El resultado mantiene su esencia latina pero con un formato para la generación zoomer de pura actualidad.
Según informan, la artista viajó primero como mochilera por el sur del país y luego acudió dos meses a España para grabar el disco.
La verdad es que no debía ser fácil gestionar el éxtasis de influencias familiares, desde sus padres Gloria Carrá y Marcelo Torres, su tío Diego Torres y su también conocida abuela que falleció cuando ella apenas tenía cuatro años.
Sin embargo, escuchando el disco se aprecia una destilada resolución que homenajea sus raíces mientras actualiza y empodera los ramalazos andaluces de Lolita: “Escuché La Niña de Fuego durante todo el viaje y me volví loca”.
Ángela Torres ha declarado también que “parece surreal y suena cliché pero es mi sueño desde que nací” y que “siempre tuve una relación mágica con mi abuela, entonces pensé seguramente alguna data me iba a bajar… […] De ahí salieron las seis canciones: es decir, está todo bendecido por mi abuela”.
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