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Polémica religiosa por el último videoclip de C. Tangana y Nathy Peluso

Una treintena de personas se concentró frente a la Catedral para rezar el rosario y reparar el templo 

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“Yo era ateo, pero ahora creo, porque un milagro como tú ha tenido que bajar del cielo”. Así reza el estribillo de Ateo, la nueva canción de C. Tangana y Nathy Peluso que ha terminado con una treintena de personas rezando el rosario ante la catedral de Toledo en España para reparar el templo. Esto es lo que pasó. 

Los dos artistas grabaron el videoclip del tema dentro de la Catedral Primada de Toledo, donde bailaban de forma sensual a ritmo de bachata. Mientras, varios miembros de la Iglesia los observan a escondidas. En una de las escenas, él le tira del pelo. En otra, Peluso, desnuda, lleva la cabeza de Tangana decapitado como si de Medusa y Perseo se tratara. 

Cuando se publicó el vídeo, ardieron las redes. Muchos religios se quejaron del sacrilegio que suponen tanto la letra como su interpretación dentro del templo. El videoclip lo ha escrito y dirigido el propio C. Tangana. 

El cabildo de la catedral justificó primero la grabación en boca de su deán, Juan Miguel Ferrer. El vídeo “no afecta a la fe” dijo, a pesar de que reconoció que usaba un “lenguaje visual provocador”. “A ciertas actitudes de intolerancia se contrapone la comprensión y acogida de la Iglesia, tal y como se manifiesta en las secuencias finales del vídeo que presenta la historia de una conversión mediante el amor humano”.

 

 

Pero el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, se vio obligado a rectificar al déan horas después. Pidió perdón a los fieles y a los que se “han sentido justamente heridos por este uso indebido de un lugar sagrado”. Ha lamentado “profundamente” que se usara la Catedral para la grabación. Ha afirmado que desconocía la existencia del proyecto, su contenido y su resultado. 

La polémica ha resultado en el compromiso por parte del arzobispado de revisar los procesos para evitar “que vuelva a suceder algo semejante”. Para eso elaborará un nuevo protocolo que establezca qué imágenes se pueden grabar en el templo y para qué fin. 

Las treinta personas que se reunieron la noche del domingo, dos días después de que se publicara el videoclip, frente a la Catedral de Toledo, formaron un círculo. Llevaban cada uno una vela y no quisieron responder a los medios de comunicación. Alguno de ellos se limitó a decir que se trataba de un acto íntimo de reparación. 

El “diálogo sincero” que el déan defendía que se “ha procurado mantener con las manifestaciones culturales del momento” parece no haber encontrado el entendimiento esperado entre los católicos de Toledo.