Four Questions: nervio y garra del ganador del Grammy al Best Latin Jazz Album
Un álbum inspirado por crisis y problemas que devuelve todos los interrogantes en forma de tensión sobre los ritmos latinos.
Los coros de voces en las cuatro vueltas de A Still, Small Voice funcionan casi como una banda sonora de espías tropical que precipitan los eventos alrededor del oyente y espectador, como un agujero negro cuya densidad y gravedad se viera deformado por las ominosas trompetas y la levedad de la batería.
Entre el revoltijo de novedades de los ganadores de los Grammy y los nominados a los premios Óscar casi parecía que había faltado tiempo para paladear el que fuera el ganador al Grammy al Mejor álbum de Latin Jazz, que fue el profesor Arturo O’Farill y The Afro Latin Jazz Orchestra.
Arturo O’Farill nació en México y es actualmente profesor en la Universidad de California de LA aunque la mayor parte de su vida ha transcurrido en Nueva York, donde se empapó de la cultura de los clubes para convertirse en un singular pianista, compositor y director de orquesta.
En Four Questions hay ecos de todas las tragedias que rodean latinos y estadounidenses, desde el crimen hasta el terrorismo pasando por las encarcelaciones masivas.
Todo tiene su doble cara musical en la forma de una acelerada pero leve batería que parece un manojo de nervios paralelo a los interrogantes que plantea. Es su sexto disco después de Familia: Tribute to Bebo & Chico en 2017 y Final Night at Birdland en 2013.
CONTENIDO RELACIONADO
Eso sí, todas sus melodías de jazz lucen teñidas de sonidos afro como los bongos o la conga. El narrador durante todas las pistas es el Dr Cornel West que colabora junto a Ricardo Rodríguez en el bajo, Rony Rosa y Carly Maldonado con la percusión o un gran equipo a los trombones y las tubas que dan a la totalidad la apariencia de tensa marabunta.
Sobre los motivos para emplear el discurso de Dr. West se expresa el propio autor y compositor de todas las piezas: “Ver hablar al Dr. West es una de las experiencias musicales más sublimes de mi vida. Su oratoria tiene el peso de un solo de John Coltrane. Su entrega rítmica tiene el tumbao de Mongo Santamaria. El humor con el que inyecta sus muy serios mensajes flota como Charlie Parker en vuelo y, oh, lo más sagrado de todo, cuando se pone a deliberar, cada palabra tiene la autenticidad y afrocentricidad de la mano derecha de Thelonious Monk”.
Sobre la tensión política tan palpable en el disco se expresa también O’Farill en una entrevista a Chicago Tribune sin duda relacionando sus cuestiones musicales del disco con las desigualdades acentuadas por la pandemia: “La gente pobre tiene que trabajar, tiene que salir en esta epidemia a la calle a hacer lo que sea para sobrevivir y ellos se están enfermando. Desafortunadamente muchos son latinos y afroestadounidenses. Todavía tenemos ese problema del racismo tan fuerte en los Estados Unidos”.
Una exploración política del jazz que surfea sobre notas folclóricas de las melodías afrocaribeñas y en el que da rienda suelta a ritmos sin ambages para demostrar que no existen solo géneros o canciones, más bien pura comunicación de corazón y mente.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.