Glass Marcano, la directora de orquesta que escucha rap
La música venezolana, compatriota del afamado Gustavo Dudamel, tiene apenas 25 años y ya conquista escenarios en Europa y América.
“Recuerdo un concierto. Estamos en el estado de donde soy, tenía diecisiete, dieciocho años. Estábamos haciendo una sinfonía con mucha energía y con mucho carácter, la Décima de Shostakóvich. El director estaba marcando la entrada a las trompetas y el rostro le cambió, fue muy sorprendente, muy impactante. La primera vez que yo veía ese gesto en su cara. Recuerdo que llegué a mi casa en la noche nada más imaginando que dirigía. Yo dirigiendo para hacer ese gesto del director”. Así recuerda la venezolana Glass Marcano el momento de la epifanía, cuando decidió dejar el violín para convertirse en directora de orquesta.
Marcano tiene 25 años y pertenece al reducido grupo de mujeres directoras de orquesta del mundo. Vive en París desde hace un año, donde recibió el premio especial del concurso “La Maestra”, el primero de dirección orquestal para mujeres, organizado por la orquesta Paris-Mozart y la Filarmónica de París.
Cuando se habla de dirección de orquesta, la imagen que llega a la mente es la de un hombre blanco y maduro en su smoking, agitando la batuta mientras los músicos le obedecen. La dirección durante siglos ha sido un campo excluyente para las mujeres, para los jóvenes y para la gente de color, pero esto ha ido cambiando y muestra de ello es el concurso en el cual participó Marcano. Con ella se presentaron 220 directoras de todo el mundo, con amplia formación y recorrido en Europa, la cuna de la música clásica. Entre todas ellas, Marcano destacó y llegó a las semifinales.
“Nunca he pensado que por ser mujer no lo voy a poder lograr, porque quizás siempre he tenido mucha actitud, carácter y seguridad”, explica. “Pero siempre me encuentro que he sido más excluida por mi color que por ser mujer. Quizás en este mundo clásico puede ser que no encontremos tantas personas de color, porque quizás nuestra piel y nuestras raíces van más hacia otro estilo de música, algo más popular”, concluye.
Glass Marcano rompe totalmente con el estereotipo del director de orquesta. También su historia. Comenzó su formación musical a los 6 años tocando violín. “Creo que en la mayoría de las ocasiones cuando un niño entra al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela o a tocar algún instrumento es simplemente porque le ven el talento. Pero yo de pequeña era muy necia y a mi mamá le comentaron que la música clásica podría ayudarme a estar tranquila. Yo creo que funcionó porque me enfoqué en canalizar mi energía hacia cómo se hacía la música y cómo se tocaba un instrumento”, señala.
Marcano pertenece al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, una escuela de formación musical que fue concebida y fundada por el Maestro José Antonio Abreu en los años 70 y que desde entonces ha ofrecido formación a más de un millón de niños y jóvenes de escasos recursos en todos los rincones del país.
Dentro del Sistema surgió la renombrada Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, conformada por jóvenes provenientes de las pequeñas orquestas formadas en los barrios y ciudades de Venezuela. Ha llegado a tocar en el Royal Albert Hall de Londres, bajo la dirección de Gustavo Dudamel, otro hijo del Sistema.
Dudamel es tal vez el músico más destacado de estas escuelas. En 2006 llegó a romper los esquemas de los directores. Un joven de apenas 25 años con su melena al aire empezaba a abrirse paso como director de las grandes orquestas del mundo, desde Milán hasta Los Ángeles. El mundo se rindió a sus pies. Hoy, es reconocido como uno de los mejores directores de orquesta del mundo y desde septiembre de 2021 es el director de la Ópera de París.
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Marcano hizo parte de la Orquesta Sinfónica Yaracuy y la Orquesta Sinfónica de la Juventud Yaracuyana, todas parte del Sistema Nacional de Orquestas. Allí fue donde encontró su vocación en aquel concierto con música de Dmitri Shostakóvich. Empezó a estudiar derecho y, en las noches, dirección de orquesta, hasta que en 2020, en medio de la pandemia, terminó embarcada en el concurso ‘La Maestra’ que la llevó a París.
Como es obvio, una de las figuras a las que Marcano admira es a Dudamel, y la vida le dio la oportunidad de encontrarse en la misma ciudad que él. “Después, me encuentro con Gustavo Dudamel, el director que se está volviendo muy famoso y yo digo ¡guau! Empecé a ver vídeos y de esa manera todo condujo hasta hoy en día, tanto el programa de las escuelas de formación, el sistema, todo”.
Aunque los dos directores viven ahora en París, se conocieron en Barcelona. Como buena veinteañera, Marcano es activa en redes sociales, allí contó con emoción cuando se encontró con Dudamel en marzo. “Un encuentro muy importante para mí. Me hizo tan feliz conocerlo, maestro @gustavodudamel!! Gracias por tanta pasión, energía y amor a la música”, dijo en Instagram.
“Estoy con él, me ha abierto las puertas a mi que estoy comenzando mi carrera. Él me dijo bienvenida y de verdad que estoy súper contenta”, además señala que ha asistido a varios de los ensayos del venezolano con la Ópera de París, una oportunidad como pocas para ver al maestro en acción.
“Glass Marcano escucha rap”, responde la joven directora cuando se le pregunta cuál es su música favorita. “Antes de salir al escenario siempre veo freestyle o batallas de gallos”, cuenta entre risas. El freestyle y las batallas de gallos son estilos de improvisación bastante populares en el rap y se caracterizan justamente por no seguir una estructura determinada, algo totalmente opuesto a lo que ocurre cuando Glass sube al escenario a dirigir.
Si no hubiera sido directora de orquesta, habría sido actriz o rapera. “Antes de estudiar dirección, quería irme a Estados Unidos a estudiar actuación y de pequeña siempre quise ser rapera”, cuenta. De cierto modo no es extraño que al final se haya decantado por la dirección, pues la carga histriónica de un director de orquesta no es poca, su cuerpo termina siendo la herramienta para dirigir.
En el podio, Marcano saca a la actriz que lleva dentro, toma su batuta y con elegancia y fuerza lleva a los músicos nota por nota en la partitura. Ella sabe que su figura no responde a lo común y se considera a sí misma una directora alejada de lo académico, “más urbana”, dice. ¿Influencia del rap?, seguramente.
Desde el podio dirigió a la Orquesta Sinfónica de Cartagena en el concierto "Los colores de Colombia” durante el Festival de Música Clásica que se celebró en la ciudad caribeña del 4 al 10 de enero. Llegar a Cartagena a dirigir a los jóvenes de la Sinfónica tiene un valor especial, pues ella viene de un proyecto parecido.
La Orquesta está conformada por jóvenes que han hecho parte del programa de formación de la Fundación Salvi, los organizadores del Festival, y que desde 2016 se embarcaron en la idea con otras organizaciones de crear un espacio formativo en música para los jóvenes de escasos recursos de Cartagena. “Yo creo que estos chicos son muy talentosos. Cuando tienes alma y técnica, logras grandes cosas; la técnica es importante, pero el espíritu hace falta y ellos lo tienen. Y eso yo creo que es la clave del éxito”, y de eso sí que sabe ella.
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