La anticanción de Ronald Reagan que casi hizo levitar a miles de personas
El álbum The Wit and Wisdom of Ronald Reagan, lanzado por Stiff Records, llegó a vender 30.000 copias de puro y maravilloso silencio ¡de Ronald Reagan!
Se ha hablado mucho del poder de la palabra, pero los silencios también están cargados de significado cuando no los produce una mordaza -física o legal- sino la propia voluntad de callar. La rabiosa indignación. La necesidad de ser ecológicos cuando una nube tóxica sale de la boca de demasiada gente. Especialmente de los poderosos. Los que tienen voz y la usan a gritos.
Como probó John Cage, un silencio nunca es silencioso, pero siempre es molesto. Lo demostró con su pieza 4’33, haciendo que un público de refinados espectadores con sus jerseys de cuello de cisne empezasen a toser, murmurar o se levantasen de sus asientos porque no podían estar parados, oyendo NADA más que el propio latido de la sangre en sus sienes.
Pero el mejor silencio, sin duda, la mejor anticanción del mundo hay que adjudicarla a Ronald Reagan, el padre de la otra “guerra de las galaxias”, el imaginativo locutor de deportes que se convirtió en presidente de Estados Unidos y soñó una red de satélites militares equipados con armas de ciencia ficción mientras citaba frases de películas en sus discursos.
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En 1980, justo tres años antes de que Reagan anunciase la SDI dando su ya mítico discurso desde el despacho Oval, el sello discográfico Magic Records - en realidad Stiff Records, un sello británico independiente formado por David Robinson y Jake Riviera con el que grabaron grandes como Madness o The Pogues- publicó un curioso disco titulado The Wit and Wisdom of Ronald Reagan, que contenía nada menos que veinte minutos de silencio en ambas caras.
“Si llega a venderse, será mágico”, bromeó la discográfica. Habían visto la necesidad de darle cierto descanso a los oídos de los norteamericanos, cansados de telones de acero, cazas de brujas, imperios del mal y un político que sorprendió por su carisma, pero al que a menudo se le apodó “el presidente de teflón”, porque ningún escándalo ni crítica afectó su popularidad. Ni siquiera cuando lograron callarlo, ¿o sí?
El experimento, que fue parte de una promoción navideña, tuvo tanto éxito que The Wit and Wisdom of Ronald Reagan llegó a vender 30.000 copias. "Advertencia: Puede o no escuchar algo interesante en este disco", puede leerse en la carátula.
Actualmente el disco sigue teniendo su público, sobre todo en tiempos en que la palabra se ha convertido en una lentejuela. “Debería ser reeditado como ‘La sabiduría y el ingenio de Donald Trump’... tendría el mismo contenido que este de todos modos”, propuso un internauta. La verdad, es buena idea.
Por supuesto, ha habido otros muchos experimentos sonoros basados en esta suerte de vacuidad budista. Como, por ejemplo, la pausa de los Afrika Bambaataa en su disco de 1986 Beware; o los cuarenta segundos de aparente silencio de 'She’s Leaving Home', de The Beatles, en su disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y que sólo pueden oír los perros.
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