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Diego el Cigala regresó al Festival de Pedralbes tras la cancelación de su concierto de 2021 por la pandemia
Diego el Cigala regresó al Festival de Pedralbes tras la cancelación de su concierto de 2021 por la pandemia.. Photo: Ofer Laszewicki (Al Día News)

Diego el Cigala electrizó Barcelona fusionando su arte flamenco con canciones mexicanas

El cantaor combinó canciones de su cuarteto con una banda de mariachis de Jalisco

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Era un marco incomparable. Con escasos asientos vacíos en el prestigioso anfiteatro del Festival de Pedralbes, Diego el Cigala salió al escenario con un posado imponente, una elegante americana oscura y una camisa blanca. Adorado como si de una divinidad se tratara, saludó efusivamente a los presentes con su mano izquierda, repleta de enormes anillos dorados. Tras la forzosa cancelación de su concierto del año pasado por la pandemia, el cantante y sus fans demostraron que se tenían ganas. Se conjuraron para una noche memorable, marcada por el pesado bochorno de un verano anticipado barcelonés.

Sentado en su butaca y flanqueado por el colosal pianista “Jumi”, Marco Niemetz al contrabajo e Israel Suárez a la percusión, arrancó con “Si te contara”, del disco “Dos Lágrimas”. “Que Dios os bendiga”, espetó a los presentes, a quienes agradeció eternamente su presencia. Después llegó “Amar y Vivir”, de su obra maestra “Lágrimas Negras”, el disco conjunto con Bebo Valdés que le catapultó a la fama internacional. En aquella obra, Cigala fusionó su destreza flamenco con los pianos tristes y solemnes de ritmos latinos, como el tango, el bolero o la copla.


Con “Compromiso”, Niemetz sorprendió con un magistral solo de controbajo, que dio paso a “Lágrimas negras”, uno de los hits más esperados de la noche. Con una intersección de rumba, dieron paso a “Corazón loco”. La sutileza de Suárez acariciando el cajón y los platos aportaron la intensidad y el ritmo adecuado en cada canción. La noche solo mejoraba, así como el nivel de alcohol en sangre del veterano cantante (1968). Para afinar la voz y alegrar su espíritu, recurrió a incontables vasos de whisky con hielo –por lo menos seis-, rellenados amablemente por una joven pendiente de hidratarle constantemente.


Cigala during his show in Barcelona

La sorpresa llegó cuando despidió a los tres talentosos músicos entre efusivos abrazos, y el escenario quedó vacío y silencioso. Varios atriles colocados en una tarima superior hacían presagiar algo especial. De repente, apareció una interminable hilera de mariachis mexicanos, ataviados con vestimentas tradicionales, enormes sombreros de paja y variados instrumentos de viento y de cuerdas. Fue la presentación en público de “Cigala Canta a México” (2020), un álbum de doce canciones tradicionales aztecas adornadas por su arte flamenco. Desde niño ya le apasionaban las rancheras, y con la poesía de las canciones populares que grabó se sintió “como pez en el agua”.

Los mariachis, llegados desde Jalisco, interpretaron junto a Cigala “De qué manera te olvido”, “Soy lo prohibido”, “El gato” y “Somos novios”. Tras otra recarga de su fresco vaso milagroso, llegó el turno de “Vámonos”, con una gran ovación del público. Los emotivos abrazos con los músicos hicieron presagiar que se acercaba el fin. Pero fue una falsa alarma: lo mejor estaba por llegar.

Regresó al piano el Jumi, dispuesto a ofrecer los mejores compases de la noche. Tocaron tres canciones a dúo, donde Diego el Cigala estrujó su voz, con un acento flamenco que hizo vibrar al anfiteatro. El talento del pianista logró plasmar con las teclas la intensidad de toda una banda de flamenco. En este fragmento tocaron “Te quiero te quiero”, “Nana del caballo grande” (poema de Federico García Lorca popularizado por Camarón”), y “Se nos rompió el amor”.

Cigala and Jumi

Subían las pulsaciones, y las gotas de sudor inundaban el rostro del cantante, que constantemente recurría a un pañuelo negro para secarse. Con el retorno del cuarteto al completo, llegó la épica. Primero con “Veinte años”, luego “Simples cosas”, y finalmente con “La bien pagá”, cantada a viva voz por sus entregados seguidores. A muchos les costaba mantenerse sentados, y se pusieron en pie sosteniendo sus copas de vino de cristal. El Festival de Pedralbes es puro glamour y clase, un evento de nivel donde los asistentes lucen sus mejores galas.

El Cigala cerró sus generosas dos horas de recital con otra ronda acompañado de los mariachis de Jalisco, que empalmaron “Se me olvidó” con “Pero sigo siendo rey”, una canción marchosa con la que el público al completo se puso en pie a bailar y gozar. El júbilo final llegó cuando pronunció “Dos gardenias”, que interpretó nuevamente con el cuarteto inicial. Acompañado de niños bailando en el escenario y el incansable repicar de sus palmas, el cantaor demostró que, pese al paso de los años, su magia flamenca sigue intacta.