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Photo: Yaconic.
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Recordando a Mia Zapata, una pionera del punk bajo el signo del cangrejo

La líder de The Gits fue víctima de un asesinato machista en 1993, pero tanto su música como su legado inspiraron a las mujeres para utilizar sus gargantas y…

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El Antioch College de Ohio era considerado en la época de esplendor de la lucha por los derechos civiles, los dorados 70’, una de las escuelas de artes liberales catalizadora de legiones de artistas y activistas juveniles. 

Su pasado revolucionario precedía a esta institución y a mediados de los 80’ Antioch aún seguía respirando estos aires de libertad acompañados del rugido de los nuevos movimientos, el punk y el naciente grunge. 

Mia Zapata y el resto del squad musical se conocieron en esta escuela y fundaron The Gits, un grupo de punk que con el transcurrir del tiempo y ya en otro estado, Washington, iba a convertirse en la ruidosa banda sonora de las feministas punk con sus sorprendentes puestas en escena y la impetuosa forma de la mexicoamericana Zapata de “devorar” literalmente el escenario.

Para entonces, Seattle se había erigido como la ciudad de referencia del rock alternativo y el grunge con un puñado de jóvenes descontentos de gran talento musical que estaban haciendo tambalear los cimientos de la tradición, entre ellos Nirvana o Soundgarden. 

La presencia de Mia Zapata en la escena era una maravillosa anomalía en aquel tiempo: una mujer latina y desacomplejada en un océano de bandas compuestas por tipos blancos. Y aunque las canciones de The Gits, como sostiene la columnista Sofia Andrade para Crimson, no fueran abiertamente feministas, la banda empezó a tocar con otras formaciones como 7 Years Bitch, que sí lo eran. 

El primer álbum de estudio de The Gits, Frenching The Bully, consiguió a inicios de los 90’ situarlos en el epicentro del Seattle musical más subversivo y los dotó de gran popularidad gracias a que sus conciertos eran gratuitos. Así fue cómo la banda empezó a girar, con actuaciones por todo el país e incluso en algunas ciudades europeas. 

Sin embargo, durante el verano de 1993, cuando el segundo álbum de The Gits, Enter: The Conquering Chicken, estaba a punto de ser una realidad, una tragedia se hizo oír desde los callejones más oscuros de Seattle hasta las plazas más públicas, conmocionando no sólo la escena musical sino a toda una ciudad. 

Esa noche de julio, Zapata había ido a celebrar con unos amigos el éxito de la banda y salía de un bar en Seattle a altas horas de la madrugada cuando fue horriblemente abusada y asesinada por un sujeto cuya identidad no se conocería hasta una décadas después -según algunas fuentes, quien reconoció a Zapata fue el ayudante del forense, que era fan de The Gits.

Por la autodefensa comunitaria

Si bien esto supuso un batacazo para los músicos de Seattle, muchas bandas amigas se unieron para organizar conciertos benéficos y contratar a un investigador privado que esclareciera la muerte de Zapata. Pero ocurrió algo más…

Tras el asesinato de Mia, numerosas mujeres de Seattle que la había conocido empezaron a reunirse para compartir su dolor y su rabia, y surgieron muchas más experiencias de abusos, tanto en la infancia, como obrado por desconocidos o en la pareja. 

Viendo que todas estas formas de violencia estaban conectadas, fundaron Home Alive, una organización sin ánimo de lucro para enseñar autodefensa a mujeres en Seattle que a día de hoy sigue funcionando.

Una inspiración para la escena

Como bien explica la columnista de Crimson, Andrade, la tragedia también un tuvo un impacto en el movimiento Riot Grrrl y el punk underground y feminista de la tercera ola.

“El grupo Riot Grrrl 7 Year Bitch, por ejemplo, publicó su clásico segundo álbum "¡Viva Zapata!" un año más tarde en homenaje a la cantante, con muchos de los temas comentando directamente su asesinato. En "M.I.A.", la cantante Selene Vigil pide que se haga justicia contra el asesino. La vocalista de Bikini Kill y activista del Riot Grrrl, Kathleen Hanna, se unió a la estrella del rock Joan Jett para escribir "Go Home", una canción inspirada en Zapata. El impactante vídeo musical muestra a una mujer que se defiende tras ser atacada a altas horas de la noche”, escribió.

Aunque Mia Zapata no fue la primera latina en el punk -diez años antes Alice Bag, aka Violence Girl, ya arrasaba en el este de Los Ángeles-, ambas inspiraron a muchas artistas latinas a patear escenarios con su punk melódico, como Generación Suicida, Destruye y Huye, Las Cochinas o la banda chicana Fea, íntegramente formada por mujeres.

Su legado nos llega hoy cargado de rabia y rasgueos de guitarra a través de sus canciones...

 

You take me off the rollercoaster

Of your serial killing ways

I'm down the rollerpiece

You find my bowl that's it

You're always taking me back to the same place

I wonder if I'm here just to take the rap

 

The Gits, “Sign Of The Crab"