“Este man” es la expresión que en buen colombiano se usa para decir “este hombre del que estaba hablando”, como en “este man que conocí la otra noche”.

De ahí viene el nombre artístico de Esteban Mateus Williamson, mejor conocido como Esteman.

Desde el inicio la propuesta de Esteman ha sido muy estilizada, con un gran despliegue de su sentido de la moda, colorida, histriónica, abierta. “No tengo la pinta de macho cabrón, pues con mi esqueleto te seduzco yo”, dice desde su primer disco, en el 2012.

Igualmente franco ha sido siempre con relación a su sexualidad: él no salió del closet: nunca se dejó meter allí. Cuando lo sintió oportuno, hizo pública su relación con el actor mexicano Jorge Caballero sin misterio.

Una evolución natural de esto es “Para siempre”, la canción que da nombre al que será su cuarto álbum, y es una declaración de amor tan explícita e incondicional como pueda llegar a ser.

“Cariño, llegaste para quedarte
Y no tengo miedo de confesar

Que en mi corazón estás
Y latiendo seguirás
Parece que lo nuestro va
Para siempre
Por eso es que en esta canción
Te declaro mi amor
Pase lo que pase durará
Para siempre”.

El video, tan importante como la canción misma, recoge la influencia del voguin de Madonna, las coreografías de Michael Jackson e incluso algunos de los estilizados pasos de la salsa de competencia.

La forma en que Madonna bailó rodeada de hombres y con una silla negra como utilería erótica, Esteman la retoma para cantarle a su amado en una estética abierta y explícitamente coherente con quienes son.

Si bien hemos visto muchos videos de hombres rodeados de bailarinas, hasta ahora no se había visto cantantes bailando rodeados de otros hombres.

En el ámbito latinoamericano es particularmente inusual este tipo de apuestas que hacen falta para la representatividad de la población LGBTQ en el mundo audiovisual y para contribuir a la educación de un continente aún tan homofóbico.

En entrevista con EFE, Esteman comentaba que la realización del video fue un reto, pese a estar habituado a bailar. Las horas de práctica necesarias para llegar a ese nivel de precisión fueron arduas, pero hicieron posible la coordinación con este grupo internacional de bailarines, justo antes del inicio de las órdenes de confinamiento en Estados Unidos.