En poco más de seis minutos, los ‘Reyes de la Salsa’ ofrecieron una fusión perfecta entre la psicodelia de los años 70 y el nuevo sonido de la salsa en Nueva York a través de Sonido Bestial, una de las canciones que conforman su icónico disco de 1971.

Durante su peor época, el popular símbolo de la salsa, Héctor Lavoe, consiguió remontar su carrera gracias al apoyo de su compañero Willie Colón y de la pluma de un joven panameño que se abría paso en escena: Rubén Blades. Cantando un homenaje a sí mismo, Lavoe inauguró su álbum Comedia, considerado una de las joyas más importantes del género.

Escrita por Jairo Varela, Cali Pachanguero es una muestra de lo mejor de la producción salsera de los años ochenta. La canción hizo despegar la carrera del Grupo Niche y se transformó en el himno de Santiago de Cali (Colombia).

Después de haber perdido la visión, Arsenio Rodríguez El Ciego Maravilloso dejó la isla de Cuba para establecerse en el Nueva York de los años 50. Al verse sorprendido por un incendio en su edificio —número 23 de la calle 110, entre Madison y la Quinta Avenida— escuchó un grito que decía “¡Hay fuego en el 23!” inspirando su icónica canción de 1957.

Este es uno de los mejores arreglos de trompetas en la historia de la salsa, y describe el ambiente que vivían los inmigrantes latinos en la Gran Manzana durante los años 70. Referencias al club Baile del Mamoncillo o a la Montaña del Oso, muestran la vida del cubano Justi Barreto y de tantos otros maestros de la salsa en el corazón de la gran ciudad.