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 Mexican writer Cristina Rivera Garza lived for some time between San Diego and Tijuana. Source: Wikipedia
La escritora mexicana Cristina Rivera Garza vivió un tiempo entre San Diego y Tijuana. Fuente: Wikipedia

Tijuana/San Diego: la frontera más izquierda de América Latina

La escritora mexicana Cristina Rivera Garza explora uno de los confines más emblemáticos de América

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Cristina Rivera Garza (Matamoros, Tamaulipas, México, 1964) tiene muy claro que una de las fronteras más importantes del mundo contemporáneo, pero también de su vida, es el corredor que se establece entre la ciudad de San Diego, en el sur de California, y Tijuana, en México.  

Habrán oído historias tremendas, trágicas… de ese lugar. Todas ellas son ciertas. Por allí pasan un montón de mercancías, trabajadores mexicanos que tratan de encontrar una mejor vida en EE.UU. Sin embargo, Tijuana no es solo un lugar de paso y obstáculo. Al mismo tiempo se ha construido una vida muy significativa, con gran significado cultural y social”, explicó la reconocida autora y profesora mexicana en una conferencia en Casa América Madrid sobre los confines que marcan la historia de América Latina. 

Rivera Garza, autora de novelas como ‘Nadie me verá llorar', ganadora de varios de los más importantes premios literarios de México y del extranjero,  ha impartido clases de historia y escritura creativa en diversas universidades e instituciones, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Tec de Monterrey, el Campus Toluca y la Universidad de California en San Diego. Fue mientras trabajaba en esta última que tuvo la oportunidad de observar de cerca cómo era la vida en esta ciudad fronteriza, a la que viajaba con frecuencia para  visitar amigos, participar en actividades culturales o  disfrutar de la comida del sitio. 

“Aunque es cierto que yo cruzaba la frontera de forma privilegiada, me di cuenta de que  Tijuana es una ciudad relativamente joven, una ciudad de deseo, de lugar oscuro, donde algunas leyendas negras la dibujan cómo un lugar dónde todo está permitido”, explicó. 

Pero la Tijuana que ella conoció era también una ciudad que convive “con la continua tragedia” que significa una migración constante a causa de las leyes internacionales. Una ciudad donde es común ver migrantes detenidos de diferentes nacionalidades latinoamericanas, desde Haití a Bolivia. 

"Es una  ciudad muy cosmopolita”, afirmó. “Es una ciudad donde se discuten de manera intensa y muy actual lo que sucede en México, en la frontera y a lo largo de todo Latinoamérica y EE.UU.”, añadió.

“Si uno piensa en Tijuana uno piensa también en la zona roja, de fiesta constante, pero si uno avanza y toma la Avenida Internacional, a cuyo costado se encuentra un muro, el muro que separa México de EE.UU, irán apareciendo las señales del océano Pacifico”, describió. 

Es allí , después de colinas, subidas y bajadas pronunciadas, donde aparecerá el mar, siempre muy gris, las playas de Tijuana… Y si seguimos al lado del muro fronterizo, veremos una serie de postes - el muro - que se adentran en el mar. Se trata de una de las construcciones más surrealistas y extrañas, que dejan constancia de las relaciones entre EE.UU y Mexico”, recordó la autora, que acaba de publicar su última novela,  'Autobiografía del algodón' (Literatura Random House, donde explora  la relación de sus abuelos con la tierra del norte de México. 

Penguin Random House

A pesar de los barrotes que separan México de Estados Unidos, Rivera Garza detectó una dosis de humanidad en las familias que se llevaban sus sillas  y se ponían a platicar a un lado y otro del alambre, los vendedores de chicharrones, paletas, las tiendas de artesanía…. “Todo esto nos habla de esta vida muy agitada y comercialmente dinámica de la frontera. Aunque no hay que quitar el dedo en la llaga, porque la llaga existe, toda esta gente que cruza a diario la frontera en busca de un futuro mejor".

Por último, la autora destacó el escenario gastronómico tan interesante y diverso que se ha desarrollado en Tijuana. “Convergen tantas nacionalidades de Latinoamérica que a través del paladar podemos descubrir su diversidad”, añade la autora, que actualmente da clases en la Universidad de Houston, Texas. 

Tijuana es hoy, junto a Ciudad de México y Oaxaca, uno de sus lugares favoritos de México. "Porque huele, porque goza, porque está muy viva. Porque siempre tiene una respuesta crítica a las provocaciones que vienen tanto del sur como del norte”, concluye.