Julio Cortázar en 24 cronopios por segundo
O lo que es lo mismo: las mejores adaptaciones al cine de los cuentos del escritor argentino.
Desde Jean-Luc Gordard pasando por Antonioni hasta llegar a la obra de Manuel Antín, a la sazón íntimo amigo de Cortázar y quien llevó muchas de sus obras al cine porque “filmé lo que me hubiera gustado escribir”, el padre de Rayuela inspiró a numerosos cineastas.
El cuento las "Babas del diablo" sirvió de base a Michelangelo Antonioni para una de sus películas más icónicas y personales. Blow-up (1967) narra la historia de un fotógrafo que al revelar unas fotografías tomadas en un parque, descubre entre los árboles a un turbio personaje y empieza a obsesionarse sobre un posible crimen.
Justo por la misma época en que Antonioni estrenó Blow-up, lo hacía también el más representativo de los cineastas de la nouvelle vague francesa, Jean-Luc Godard.
Basándose en "La autopista del sur", cuento publicado en el libro Todos los fuegos el fuego, Godard planteó una comedia negra sobre una pareja burguesa que salen de viaje para visitar al padre moribundo de ella y llevarse un pedazo de su herencia. Pero se ven envueltos en una surrealista y caótica odisea por la campiña francesa, en donde el asesinato se convierte mucho más que en un faro para ellos.
Una historia que Godard utilizó para criticar el salvajismo inherente al sistema capitalista y donde se sirve todo su arsenal poético para legarnos una de sus películas más singulares.
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En los cuentos de Cortázar, a menudo el absurdo y el inconsciente se revelan en situaciones cotidianas, como un viaje por el suburbano de París. Un lugar liminal, mágico, donde también se sitúa la película del brasileño Roberto Gervitz, que adaptó "Manuscrito hallado en un bolsillo".
En Juego subterráneo (2005), Gervitz pone a prueba el azar y la imaginación a través de un extraño pianista que cree en la suerte e inventa un juego para encontrar a la mujer de su sueños.
Dirigida por Diego Sabanés a partir del cuento "La salud de los enfermos", la película nos conduce a un espacio extraño entre la ficción y la realidad, a partir de la historia de un joven músico que quiere triunfar en París y su familia, que ante la falta de noticias del hijo decide suplantar su identidad y hacerle llegar a la madre, enferma mental, montones de cartas y regalos supuestamente enviados desde Europa.
La literatura y el cine son dos artes especulares que se influyen mutuamente. Especialmente, cuando el cineasta y el escritor tienen una afinidad que se expande más allá de las páginas de un libro o el metraje de una película.
Argentinos ambos y buenos amigos, Manuel Antín y Julio Cortázar colaboraron a menudo. De hecho, Antín ha sido el director que más obras de su “paredro” ha llevado al cine. Como Bestiario, una adaptación del colosal cuento de “Circe”, o La Cifra Impar, basada en “Cartas a mamá”.
En Intimidad de los Parques, Manuel Antín entrelaza dos relatos del libro Final del Juego, “El ídolo de las cícladas” y el maravilloso “Continuidad de los parques".
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