Walt Disney y concretamente Disney+ anunciaron el lanzamiento de otra plataforma de streming en América Latina y para usuarios internacionales en forma de una app llamada Star+. La plataforma original de la India englobaran todo su contenido que no cumplían con la imagen familiar de la gran marca y ofrecerá servicios para adultos en Europa, Canadá y Nueva Zelanda también.

En América Latina costará $7’5 en exclusiva o $9 en un paquete con Disney+. Incluirá eventos deportivos en función del país, partidos de fútbol o el Grand Slam de tenis, y un catálogo con más de 2.000 títulos.

La verdad es que la emisión de vídeo bajo demanda ha transformado radicalmente el consumo de la pequeña pantalla. Del viejo modelo pasivo en que pagaban los anunciantes por el contenido a un nuevo modelo activo en el que se paga cada servicio para poder escoger el contenido. Conforme la televisión pierde anunciantes y aumenta la media de edad de sus espectadores crece el nuevo modelo con centenares de millones de posibles suscripciones por todo el globo.

Esa batalla global por las suscripciones o la guerra de las plataformas de streaming, un combate con grandes nombres como HBO, Amazon, Netflix o Disney+, tiene centenares de pequeños distribuidores que compiten en una arena en la que también nos jugamos la diversidad de los contenidos del futuro. La pandemia y los confinamientos solo aceleran la tendencia.

Disney asegura tener más de 137 millones de suscripciones y espera llegar a los 300 o 400 millones para 2024. Por eso a finales de año anunciaba la expansión en la pequeña pantalla de los universos de Star Wars o Marvel, pero también series de muchas otras franquicias como Alien. HBO por ejemplo anunciaba la explotación de Hellraiser y la contratación de Clive Barker para el equipo ejecutivo.

Netflix es la gran miscelania y no deja de provocar tendencia mes a mes con una expansión internacional imparable y una línea editorial muy concreta para poder exportar productos locales a todo tipo de audiencias omnivoras. Amazon también resulta imparable a través de sus propios dispositivos para ofrecer streaming en televisiones normales. También éxitos globales como diversas adaptaciones de Philip K. Dick o la parodia superheroíca de The Boys.

Los dueños y directivos de estas compañías saben de la gran audiencia que supone el enorme continente latino y por ello ahora tratan de generar nuevos contenidos de esa tendencia, como la serie sobre Selena Quintallina o el repaso al rock latino de Rompan Todo, ambos de Netflix. También han colgado gran cantidad de series infantiles con doblaje latino.

Pero es que Brasil supera en número de descargas a Estados Unidos, seguido de cerca por México, Argentina y Colombia. En Brasil hay casi 20 millones de suscripciones y 15 en México, mientras que esperan un brutal crecimiento en Colombia y Perú. Dejando a un lado las plataformas piratas, también existen alternativas como Retina Latina, Pluto TV o Mubi.

Nadie esperaba un crecimiento tan grande e incluso espera que pueda duplicarse en los últimos años, por lo que las compañías se lanzan a la búsqueda de productoras con las que redoblabar sus contenidos, mientras que otras pequeñas productoras locales con menos presupuesto se lanzan también a las furibundas aguas del streaming para ofrecer un catálogo generado en sus propios países. Hay mucho dinero en juego en esta competición.