La muestra ‘¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla!’ traza un recorrido documental a través de los tres últimos años de vida del pintor (1863-1923), cuando la enfermedad le sorprende aún joven y le aleja de su mayor pasión: la pintura. 

También saca a la luz la enorme repercusión que tuvo su muerte, tanto en el mundo de la cultura de su tiempo, como a nivel social, así como los homenajes que el pintor recibió con el paso de los años. 

La exposición celebra también al maestro del impresionismo español mostrando al público por primera vez los numerosos homenajes y reconocimientos que recibió tras su muerte, muestra de la importancia y el aprecio que había conseguido a través de una vida dedicada plenamente a la pintura. 

Trabajador incansable, Joaquín Sorolla y Bastida quiso plasmar en sus lienzos la luz y la belleza que le rodeaban, en sus propias palabras “sin artificios”. 

Laureado, admirado e incluso envidiado, cosechó gran reconocimiento internacional y nacional que se hizo sentir en forma de los más sentidos homenajes a los que se quiere sumar su museo con esta exposición.

‘¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla!’ está organizada por el Museo Sorolla, museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte de España, y la Fundación Museo Sorolla y se enmarca en las celebraciones por el primer centenario del fallecimiento del pintor.La muestra, que puede verse en la sala I del Museo Sorolla de Madrid, se organiza en cuatro secciones: ‘Una fina y templada mañana’, ‘La luz se apaga’, ‘¡Sorolla ha muerto! ¡Viva Sorolla!’, y ‘El Pintor Inmortal’. 

La exhibición estará abierta al público desde el 24 de enero hasta el 25 de junio. Las entradas están a la venta en esta página web. 

Sobre el Museo Sorolla 

El Museo Sorolla ocupa el edificio que fue vivienda y estudio del pintor Joaquín Sorolla y Bastida. Es una de las casas de artista más completas de Europa, y reúne gran parte de sus obras maestras: pinturas radiantes, llenas de color, que evocan con fuerza la alegría vital y la intensa luminosidad del Mediterráneo.

El museo ha mantenido casi intacto el ambiente de la casa, con todo el mobiliario y adornos que Sorolla personalmente escogió y que formaron parte de su vida cotidiana, y el jardín, diseñado por el propio Sorolla, es un precioso oasis en el centro de la ciudad de Madrid: el conjunto conforma un espacio singular que revela la intimidad creadora del pintor valenciano y la esencia de la época en que vivió.