Barcelona protesta contra la ampliación de su aeropuerto
Aunque el proyecto se paralizó hace unos días por falta de acuerdo entre el gobierno catalán y el español, la protesta ha llenado las calles de la ciudad
Miles de personas se manifestaron esta semana en Barcelona contra la ampliación del aeropuerto. La convocatoria se celebró bajo el lema “En lucha por el clima, la salud y la vida”. Aunque el proyecto se paralizó hace unos días por falta de acuerdo entre el gobierno catalán y el español, la protesta se llevó a cabo de igual manera.
La inversión necesaria para ampliar el aeropuerto de Barcelona sería de 1.700 millones de euros (casi 2.000 millones de dólares). Las asociaciones empresariales y las compañías aéreas estaban a favor de la obra, mientras los grupos ecologistas, diferentes poderes públicos y partidos políticos se mostraban en contra.
¿La razón? Ampliar el aeropuerto de Barcelona supone un gran impacto ambiental en el delta del Llobregat, uno de los principales ríos de Cataluña. Aunque el gobierno catalán alcanzó un acuerdo con el español el pasado mes de agosto, las consecuencias sobre el delta han hecho que se lo piense dos veces.
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Con la cancelación del acuerdo, el aeropuerto pierde la prolongación de una de sus pistas para convertirse en un hub de vuelos internacionales, la construcción de una nueva terminal y de dos estaciones de tren de alta velocidad en los otros dos aeropuertos catalanes. Las aerolíneas consideraron que la decisión era “decepcionante” porque creen que es necesario ampliar el aeropuerto para descongestionarlo.
Pero las obras implican destruir zonas protegidas, una iniciativa que parece ir en contra del signo de los tiempos y que difícilmente aprobaría la Unión Europea. Las compañías aéreas lamentan que el aeropuerto no pueda crecer más. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, cree que ese es “un modelo del pasado” y le parece incongruente comprometerse a la vez con la lucha contra el cambio climático y con la ampliación de una infraestructura contaminante.
Los ecologistas ven en el proyecto una gran contradicción. Barcelona declaró la situación de emergencia climática antes de la pandemia y sus temperaturas aumentan cada año. La empresa pública que gestiona el aeropuerto se comprometía a compensar el daño ambiental con la construcción de 280 hectáreas que sirvieran de restauración y mejora de los hábitats de la zona.
Pero para quienes quieren defender el ecosistema del Llobregat, el daño sería “irreparable”. Bajo el río, hay un sistema acuífero que suministra agua a Barcelona y también estaría en riesgo de contaminación si se amplía el aeropuerto. Por el momento parece que la batalla la ganan los ecologistas.
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