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Zelaya y Micheletti con apoyos divididos

Zelaya y Micheletti con apoyos divididos

Honduras y el mundo dividen su apoyo ante un golpe de estado "democrático".

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El depuesto presidente de Honduras, Manuel
Zelaya, reiteró hoy su intención de regresar al país y el nuevo jefe
de Estado, Roberto Micheletti, la suya de hacerle detener, en un
pulso en el que el primero tiene de su parte a la comunidad
internacional y el segundo el apoyo de un sector de los hondureños.

Zelaya anunció desde Washington y luego desde Panamá, donde
asiste a la investidura de Ricardo Martinelli, que regresará este
fin de semana, cuando se cumpla el plazo de 72 horas dado por la
Organización de Estados Americanos (OEA) al Gobierno de Micheletti
para que le restituyan en la jefatura del Estado.

"Ha empezado la cuenta regresiva" para "un retorno ordenado y
apoyado por todos los países de la OEA", dijo.

"Hay 25.000 personas listas para impedírselo", le respondió desde
Tegucigalpa el nuevo canciller hondureño, Enrique Ortez, mientras
Micheletti advirtió que "en el momento en que él entre al país será
trasladado a la cárcel".

En declaraciones a emisoras colombianas, Micheletti pidió a los
mandatarios de Argentina, Cristina Fernández, y de Ecuador, Rafael
Correa, quienes han manifestado su intención de acompañar a Zelaya
en su viaje de regreso, que no interfieran en asuntos "que no les
corresponden".

"Les suplico que hagan una reflexión, no les pido que vengan o no
vengan, que hagan lo que el mejor criterio de ellos les valga, pero
que hagan una reflexión de que lo que están haciendo", porque es una
"intervención en los problemas de un pueblo que se llama Honduras",
dijo Micheletti, quien hoy cumple tres días en el cargo.

Además, hoy se cumple una semana de la decisión de Zelaya de
destituir el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas,
general Romeo Vázquez, por negarse a cooperar en la organización de
una consulta popular impulsada por el ahora depuesto, a pesar de que
la justicia la había declarado ilegal.

Aunque Zelaya dio marcha atrás en la destitución, la crisis ya
estaba en marcha y el pasado domingo fue detenido por militares en
su residencia y obligado a salir del país, tras lo cual fue
destituido por el Congreso y reemplazado en la Presidencia por
Micheletti, titular del poder legislativo y de su mismo partido.

En una entrevista con el diario El Nuevo Herald de Miami, el
general Vásquez señaló que "no se proponía dar un golpe de Estado,
sino defender la Constitución", porque "nadie está por encima de la
ley", señaló en referencia a Zelaya.

"Me siento mal sobre lo ocurrido", dijo el general al rotativo,
para agregar que hizo todo lo posible por "aconsejar" a Zelaya que
"buscara una salida legal a esta situación (la creada por la
consulta)" y que la operación que llevó a la detención y expulsión
del gobernante a Costa Rica se hizo para "evitar cosas peores".

En Honduras, donde según su nuevo presidente "hay tranquilidad",
detractores y seguidores de Zelaya continúan manifestándose, sin que
se hayan producido incidentes de importancia desde los
enfrentamientos registrados el lunes entre policías y simpatizantes
del depuesto mandatario en los alrededores de la casa presidencial.

También continúan las medidas de países y organismos
internacionales en pro de la restitución de Zelaya, tras el
ultimátum de la OEA a Micheletti.

El Gobierno de Estados Unidos anunció la suspensión de sus
actividades castrense conjuntas con Honduras, lo que afecta al
destacamento que tiene desplazado en el país centroamericano,
compuesto por 600 soldados, que están confinados a su guarnición y
"no conducen ejercicios con los militares hondureños".

El mandatario de Bolivia, Evo Morales, anunció hoy que propondrá
a la OEA la creación de un Tribunal Penal Interamericano para
investigar el golpe de Estado producido en Honduras.

Como ya hicieron antes otros países, el Gobierno de Colombia
llamó a consultas a su representante diplomático en Honduras, la
embajadora Sonia Marina Pereira, y reafirmó "su reconocimiento" a
Manuel Zelaya como "presidente constitucional" de ese país.

Los países de la Comunidad Andina de Naciones anunciaron en un
comunicado que "no reconocerán a ningún otro Gobierno que surja de
la ruptura institucional".

En el aislamiento internacional del Gobierno de Micheletti, que
hoy pidió "comprensión" de las razones que llevaron a la destitución
de Zelaya, han tenido un especial protagonismo los países de la
Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), de la que Honduras es
miembro desde 2008 por iniciativa del jefe de Estado ahora depuesto.

El diputado Juan Orlando Hernández, del opositor Partido Nacional
de Honduras, dijo hoy a Efe que "hay preocupación de que Honduras
siga siendo miembro de la ALBA, por el componente militar que
implica ser miembro de ese organismo", y anunció que el Parlamento y
el Ejecutivo analizarán "lo más pronto posible" la salida del país.

Para analizar las "implicaciones negativas que podría tener" paraHonduras seguir perteneciendo a la ALBA, el Parlamento hondureño
aprobó el martes una moción del Partido Nacional, indicó Hernández.

El tema de la ALBA llegó al seno del Legislativo hondureño luego
de que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtiese de la
posibilidad de una intervención militar en Honduras tras la
destitución de Zelaya.

En una entrevista con Efe, el ex mandatario de Ecuador Lucio
Gutiérrez, depuesto en 2005 por el Congreso, criticó hoy la
"intervención" de la ALBA en la crisis política de Honduras y se
quejó de que la OEA no hiciera "absolutamente nada" cuando él fue
separado del cargo.

"Hay que rechazar o poner límites a la intervención extranjera de
países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, que, claramente, quieren un
expansionismo de este modelo totalitario, autoritario, que ya se ha
implantado en esos países", señaló.

El diario The Wall Street Journal afirmó hoy en un editorial que
"para lo que suelen ser los golpes militares, el del pasado fin de
semana en Honduras fue extrañamente democrático".

El Wall Street Journal, que recuerda que el presidente de EE.UU.,
Barack Obama, se ha posicionado en este asunto "junto a Naciones
Unidas, Fidel Castro, Hugo Chávez y otros demócratas modélicos",
asegura que lo ocurrido en Honduras debe leerse "en el contexto del
'chavismo' latinoamericano".