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Foto: El Tiempo
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La OMS es el peor chivo expiatorio que Trump pudo escoger

El Presidente Trump anunció que pensaba detener la financiación a la OMS, pero hacerlo podría ser peor que la enfermedad.

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El Presidente Trump anunció el día de ayer que pensaba frenar la financiación a la Organización Mundial de la Salud en retaliación por lo que nominó como una mala gestión y asesoramiento en la pandemia de coronavirus, trayendo miles de muertes como consecuencia.

Al hacerlo, Trump nuevamente se contradijo, tras semanas de ensalzar la acción de la OMS, y dejó expuesta otra maniobra para desviar la atención de su gestión frente a la pandemia. Si bien Trump cerró las fronteras a China forma temprana, el 31 de enero, no supo aprovechar la ventana de tiempo que se abrió con esta medida –que la OMS desaconseja por principio, dado que tiende a generar miedo y no detiene la dispersión de las enfermedades.

Estados Unidos es uno de los principales donantes a la OMS, habiendo aportado casi 553 millones de dólares al último presupuesto bianual de la organización –que roza los 6 billones de dólares–, con lo cual el retiro de su apoyo implicaría un durísimo golpe no solamente a la capacidad de reacción de la OMS frente a la pandemia de COVID–19 sino también frente a otras problemáticas que atienden, como el nuevo brote de ébola en el República Democrática del Congo, que sucede simultáneamente al de COVID–19.

De inmediato, las respuestas de líderes tanto nacionales como internacionales se hicieron notar, de Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, a Bill Gates y organizaciones como el Center for American Progress.

Lejos de descargar la responsabilidad de Trump en su gestión de la emergencia, desfinanciar la OMS puede hacer que sigamos sintiendo los embates del virus aún después de que lo más fuerte de la crisis haya pasado en Estados Unidos: puesto que los virus no conocen fronteras, la única forma de garantizar la seguridad del país es buscando la contención de la pandemia en todo el globo; mientras eso no suceda, seguiremos teniendo rebrotes de mayor o menor intensidad.

Por ahora, no hay claridad sobre cuál sería el mecanismo con que Trump detendría el flujo de la financiación. Una opción es que invoque la Ley de Control de Presupuestos y Presupuestos del Congreso, de 1974. A través de esta ley, Trump podría solicitar al Congreso que reasigne el presupuesto destinado a la OMS para este año, pero tanto el Senado como la Casa de Representantes tendrían que aprobar dicha reasignación en un plazo menor a 45 días. Ninguna de las dos cámaras está obligada a votar, con lo cual podrían simplemente ignorar la solicitud.

Otra posibilidad sería hacer uso de los poderes que la Constitución le otorga como presidente y denunciar el tratado que vincula los Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud. Este mecanismo le permitiría esquivar el paso por el Congreso, pero seguramente traería un enorme costo político asociado tanto a nivel nacional como diplomático.