Para la directora general de SEPTA, Leslie Richards, los últimos dos meses de enfrentarse al coronavirus han sido "desafiantes, por decir lo menos".

"Algunas veces sentí que tenía problemas para respirar, seré honesta", dijo, habiéndose unido a AL DÍA para hablar a través de la experiencia en su primera charla virtual de AL DÍA el 13 de mayo.

Esa ansiedad tenía sus raíces en la muerte de siete empleados de SEPTA por coronavirus en el plazo de dos meses.

"Ha sido difícil trabajar con un sentido de normalidad cuando se trata de este tipo de riesgos", dijo Richards.

Al principio de la pandemia de coronavirus, dijo que ella y su personal estaban observando los acontecimientos que se desarrollaban en Wuhan, China, al igual que el resto del mundo.

Cuando el brote de virus comenzó en Italia fue cuando empezaron a tomarlo más en serio.

Cuando entró en Seattle, Richards y su personal comenzaron a buscar en otros lugares del país y del mundo para ver cómo se restringían los viajes en medio de la pandemia.

"Todo se volvió muy real, muy rápidamente", dijo Richards.

La velocidad de propagación del virus y la información cambiante sobre su prevención y el equipo de protección necesario hicieron que la respuesta inicial fuera difícil y eso sigue siendo cierto hoy en día.

"Durante muchos días parece que podemos pasar todo el día intentando resolver un problema y luego nos despertamos al día siguiente y siento que todo el juego ha cambiado", dijo.

Desde el principio, SEPTA implementó más esfuerzos de limpieza en sus trenes, autobuses y trolebuses para ayudar a proteger a los pasajeros y a los empleados por igual.

El 9 de abril, se anunció un programa de servicio vital, limitando severamente el número de trenes en circulación y estaciones atendidas en medio de la pandemia.  

Alrededor de esa misma época, también se hizo más evidente que se necesitaba equipo de protección para los empleados. Por eso, Richards atribuye a su personal el trabajo cercano con los sindicatos, no sólo para escuchar las demandas, sino para responder a ellas con los suministros necesarios.

Hasta la fecha, Richards dijo que SEPTA nunca se ha quedado sin equipo de protección personal, a pesar de que la mayoría de sus suministros los adquiere por su cuenta, fuera de alguna ayuda acelerada de la Autoridad Federal de Tránsito.

"Hemos sido muy afortunados", dijo.

Últimamente, una nueva llamada de los empleados también ha pedido el acceso a las pruebas de COVID-19 y a las pruebas de temperatura en las estaciones. 

En cuanto a las pruebas, Richards dijo que estaba "a favor de que la gente se hiciera las pruebas", pero la realidad es más "frustrante".

Esa realidad es la que se escucha en todo el país desde los primeros días de COVID-19 sobre la falta de pruebas disponibles.

"Si hubiera una empresa a la que pudiera llamar hoy que tuviera miles de pruebas rápidas que le dieran una respuesta en una hora y pudiéramos ponerla a disposición de todos nuestros empleados, estaría hablando con ellos ahora mismo", dijo. "Pero eso no existe".

En lugar de la ayuda de una entidad más grande, Richards dijo que SEPTA está hablando con organizaciones sin fines de lucro más pequeñas y grupos de médicos que están haciendo el esfuerzo de conseguir y distribuir pruebas por su cuenta.    

SEPTA también ha mirado lo que sus agencias pares están haciendo y tomando notas, especialmente las más grandes.

En este momento, la realidad de las pruebas de SEPTA es un trabajo en curso, con pruebas potenciales al azar en lugar de las pruebas masivas y exámenes de temperatura deseados en ciertos momentos, mientras que también anima a los empleados a hacer sus propias pruebas antes de salir a trabajar.

"Estamos tratando de hacer todo lo posible para dar a todo el mundo la sensación más segura de que estamos haciendo todo lo posible para mantenerlos a salvo", dijo Richards. "Sabemos que las pruebas y los controles de temperatura son parte de eso y seguimos trabajando en ello".

La idea de mantener la seguridad tanto de los empleados como de los pasajeros está en la vanguardia de los planes de reapertura de SEPTA que comenzarán el 17 de mayo.

"Queremos dirigir un sistema que sea tan seguro y sanitario como sea posible, y que proporcione oportunidades de distanciamiento social", dijo Richards.

La reapertura, durante la cual la mayoría de los servicios de la ciudad volverán a funcionar regularmente, incluirá una mayor flota de vehículos para que las personas se dispersen y aún así se apliquen los límites de pasajeros en ciertos servicios como el autobús.

El límite de pasajeros, especialmente, podría significar que algunas paradas se salten. Richards advirtió de la "aleatoriedad" de la conveniencia de la nueva versión del sistema a medida que las circunstancias cambien en torno al virus y su propagación.  

"Este sistema está lejos de ser perfecto. Este sistema estará lejos de ser 100% confiable. Estaremos ejecutando el mejor sistema que podamos con los desafíos que se nos presentan y continuaremos presentándolos diariamente", dijo. 

El cobro de las tarifas también se reanudará en un esfuerzo por mantener a la población transeúnte de Filadelfia fuera de sus servicios, lo que Richards ve como una "situación desafiante".

"Están abrumando nuestro sistema. Muchos de ellos se suben a nuestro sistema y lo recorren todo el día porque los refugios a los que están acostumbrados a poder ir ahora han cerrado porque no pueden hacer distancia social en los refugios", dijo.

Para ayudar, SEPTA se ha asociado con la Oficina de Servicios para los Desamparados de Filadelfia y con el Aeropuerto de Filadelfia - que también está lidiando con una situación similar - para encontrar soluciones.

"Todos queremos que esta población vulnerable tenga buenas opciones, que tenga buenas opciones", dijo Richards, "pero no podemos permitir que pongan en peligro a las personas que también necesitan usar el sistema".

De cara al futuro, la SEPTA también está poniendo en suspenso su plan de reestructuración tarifaria hasta 2021, cuyas audiencias públicas seguirán adelante pero en un formato virtual.

El 1 de julio, también está eliminando su tarifa de transferencia de 1 dólar y permitiendo que los niños entre 5 y 11 años viajen por 1 dólar. Teniendo en cuenta lo que podría ser una multitud más pequeña haciendo viajes diarios a la oficina después de COVID-19, SEPTA también está introduciendo un pase de independencia de tres días.