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“Creo que el punto de encuentro entre los sonidos latinos y la música electrónica está en el ritmo, principalmente impulsado por la percusión”. FOTOGRAFÍA: Amilcar
“Creo que el punto de encuentro entre los sonidos latinos y la música electrónica está en el ritmo, principalmente impulsado por la percusión”. FOTOGRAFÍA: Amilcar

AMÍLCAR: “Hay un significado enterrado en el sonido”

El artista franco-venezolano sorprende tras una elipsis con un EP que explora los nexos de unión entre la música electrónica y la latina.

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Sabor a amaneceres cremosos en un dojo tropical.

Así es como suena el nuevo EP Sleep del músico franco-venezolano Amílcar, compositor y percusionista, lanzado durante este mes de febrero en todas las plataformas.

Cuatro pista a medio camino entre el lo-fy y el chill out con las que parece que agarra carrerilla de toda su anterior experiencia como si saliera a tomar aire tras una larga bocanada. O como un día muy largo que por fin termina como puede verse en el videoclip.

Sonidos tropicales casi acuáticos, como si las notas fueran gotas, teñidas con esa extraña satisfacción del cálido amanecer que hacen que el cuarto de hora que dura el EP pase veloz como una siesta de fin de semana.

Puede sentirse también la elipsis que ha supuesto para el artista el confinamiento para apoyarse y digerir toda su experiencia anterior. Se aprecia en su nuevo trabajo tanto la influencia de la música lounge y chill out de At the Lounge (2020).

También por supuesto sus prometedores inicios entre los músicos new age cuando hizo que el subgénero alcanzase una nueva fase de destilación en el relajante disco Vacuuming the Forest (2005) que le valió su participación en Echoes of Tuvalu (2006).

Las armonías lo-fy y los ritmos asiáticos no pueden dejar de evocar tampoco a su experiencia con el yogini Chitra Sukhu en el disco de meditaciones guiadas para niños, Journey into the Universe (2007), o la banda sonora que compuso para la obra de teatro de Nankichi Ni-Imi.

Amílcar empezó muy temprano en el mundo de la música.

A los cuatro tocaba ya la melódica y a los seis empezó a recibir clases de canto. Ya siendo un adolescente con centenares de discos, empezó un pequeño negocio de DJ en la escuela.

Más tarde, se mudó a París donde cursó Percusión Cubana en la Cité de la Musique donde explica que nació su amor por los instrumentos que pueblan el jazz afrocubano.

Desde entonces, ha experimentado a la búsqueda de su identidad musical pero también de la de sus raíces en la conga, el groove, la bossa nova, los sintetizadores y por supuesto la música electrónica.

Fascinados por su eclecticismo, las reflexiones de sus temas como la que da título al artículo y los gustosos matices del EP, el equipo de Al Día News se puso en contacto con Amílcar:

¿Cuál es el punto de encuentro entre los sonidos latinos y la música electrónica?

Creo que el punto de encuentro entre los sonidos latinos y la música electrónica está en el ritmo, principalmente impulsado por la percusión, que es una parte fundamental de la mayoría de las canciones que compongo.

En mis primeros años como músico componía música New Age con muy poca percusión. Tras mudarme a París, estudié un instrumento popular del jazz afrocubano: la tumbadora o conga en la Cité de la Musique, una institución dedicada a la música.

Descubrí que la conga me proporcionaba una cálida conexión vibratoria con mis raíces latinoamericanas, y mi estilo musical empezó a evolucionar más rítmicamente hacia un estilo Jazzy/Lounge/Chill. En mi álbum At the Lounge publicado el año pasado la conga está definitivamente presente en muchas canciones.

¿Cómo le imprimes personalidad a los ritmos tropicales entre tantos imitadores del low-fy caribeño?

Mi personalidad en la música proviene de una mezcla de una amplia gama de géneros musicales.

Hoy en día es fácil tener acceso a bibliotecas de muestras musicales, y creo que el problema al que se enfrentan algunos músicos es que al final todas las canciones pueden acabar sonando muy parecidas entre sí.

Mi enfoque para componer música es diferente, no me baso sólo en las bibliotecas de muestras musicales. Grabo mis propios instrumentos musicales, retoco los sonidos, reinvento la música a través de la experimentación de diferentes géneros musicales que dan lugar a la música que compongo.