Coronavirus y profecías: ¿Predijo una vidente la pandemia en 2008?
Muchos comentaristas de la Biblia están siendo acusados de forzar las palabras del Nuevo Testamento para llamar la atención y ganar adeptos.
Un libro misterioso acaba de subir al número 2 del ránking de más vendidos en Amazon. Se trata de El fin de los días: Predicciones y profecías sobre el fin del mundo, obra de Sylvia Browne, vidente y escritora fallecida en 2013. En el libro, aseguraba que en el año 2020 llegaría una enfermedad parecida a la neumonía que destrozaría los pulmones de millones de personas. ¿El coronavirus, quizás?
Las visiones de Browne empezaron en el verano de 2008, y las dejó escritas cinco años después, justo antes de fallecer.
Es un signo más que ayuda a toda clase de profetas y agoreros a anunciar el fin del mundo. Internet se ha llenado estas últimas semanas de visionarios que te recomiendan tener una Biblia cerca y hacer caso de los anuncios del fin de los tiempos: la langosta africana, los incendios australianos y ahora la crisis del coronavirus dan alas a los predicadores que están atizando la hoguera mental de las poblaciones occidentales.
Una crisis global tan grave como la del Covid-19 provoca que se busquen respuestas rápidas para un virus tan agresivo y global. El problema es que hay falsos predicadores que estimulan el pánico y pueden llegar a convertirse en una amenaza para la convivencia social.
Teólogos serios como Ulrich Lehner, de la Universidad de Notre Dame en Indiana, advierten a los falsos predicadores aduciendo que Jesús, tal y como se especifica en el Evangelio según Mateo, afirmó que nadie podía conocer la hora de su regreso ni la del Juicio Final.
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Así como las afirmaciones de Browne fueron desmentidas o discutidas muy pronto, muchos comentaristas de la Biblia están siendo acusados de forzar las palabras del Nuevo Testamento para llamar la atención y ganar adeptos.
Browne profetizó que iba a morir con 88 años, y desapareció a los 77 años de edad. También escribió esta predicción en el contexto de un célebre brote de SARS, cuyo comportamiento es muy cercano al coronavirus actual. No era tan difícil realizar una profecía difusa y parecer que la historia encajaba con todo lo que está sucediendo.
Cosas parecidas ocurrían ya con frecuencia en la Edad Media: las epidemias de peste generaban especulaciones sobre el fin del mundo y la inminente llegada del Juicio final divino. La Edad Moderna tampoco se quedó a salvo de milenarismos; por ejemplo, muchos temieron que en 1666 llegara el año del Apocalipsis, por haber alcanzado la cifra de la Bestia.
No es de extrañar que la crisis del coronavirus genere episodios de histeria colectiva: lo interesante es comprobar cómo, en el mundo de hoy, las redes sociales hacen prosperar este tipo de pensamiento apocalíptico. Tiempo de pandemias, tiempo de profetas.
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