Problemas como la retención de líquidos o los gases hacen que tu estómago se hinche, provocando una sensación de incomodidad que te acompaña durante todo el día. En realidad, todos estos problemas tienen mucho que ver con tres sustancias que consumimos de forma habitual; la sal, el agua y el gas. Estos tres elementos están presentes en diferentes alimentos, que deberías controlar si te preocupan las hinchazones.

Limita la sal

La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el consumo de sal en adultos a cinco gramos al día. Sin embargo, habitualmente realizamos un consumo más alto de esta sustancia. No se trata de la sal que incluyas en tu plato sino de la sal invisible, aquella que ya se encuentra en alimentos precocinados y procesados.

Para saber cuánta sal contiene un producto concreto, puedes consultar su etiqueta y multiplicar los gramos de sodio por 2,5. El resultado será la cantidad exacta de sal presente en ese alimento.

Si quieres reducir el consumo de sal, opta por limitar la ingesta de los alimentos que contienen más sal. Entre estos se encuentran alimentos tan habituales como los embutidos procesados, las legumbres cocidas y envasadas, el queso parmesano, los postres procesados y el pan. Recuerda limitar su ingesta pero no retirarlos de tu dieta.

El agua

Es verdad que el agua puede hinchar tu estómago, creando una incómoda sensación. Sin embargo, la ingesta de agua te ayuda a purificar la dieta y a eliminar más líquido, permitiendo que la hinchazón baje. Los expertos recomiendan beber entre dos y dos litros y medio de agua al día.

Los gases

Los gases, si son retenidos, generan una incómoda sensación en el vientre. A pesar de lo que se cree, los gases no solo se encuentran en los refrescos con gas o en los alcoholes con burbujas, sino que también pueden generarse al comer caramelos o mascar chicle. Este tipo de situaciones hacen que tragues más aire, contribuyendo a empeorar la situación.