No soy celiaco pero…
La celiaquía es un problema que según Beyond Celiac afecta a uno de cada 133 americanos. Unas cifras que ponen de manifiesto que alrededor del uno por ciento de la población del país, sufre esta enfermedad. La celiaquía es un problema difícil a la hora de ser diagnosticado. Se calcula que este tarda entre seis y diez años en llegar debido a la confusión de los síntomas con otros de otras enfermedades y a la propia forma de diagnosticarlo.
Sin embargo, en muchas ocasiones, las personas que acuden al médico preocupadas por los síntomas de celiaquía acaban no siendo diagnosticados como tal. La realidad es que muchas personas sienten molestias o se encuentran mal tras ingerir gluten. Sin embargo, las pruebas médicas le dan negativo en esta patología. Según los expertos, se puede tratar entonces de una sensibilidad al gluten no considerada como celiaquía. De hecho, los expertos en la materia reiteran que, aunque se denomine así, en realidad no se sabe con exactitud cuáles son el tipo de alimentos concretos que generan este tipo de reacciones en el cuerpo de la persona afectada.
Ante este diagnóstico, los médicos recomiendan seguir una dieta restrictiva que no incluya gluten y observar la reacción del cuerpo al reintroducir de nuevo alimentos que lo contengan. Se trata de ir descartando alimentos concretos e incluso otro tipo de enfermedades con las que habitualmente se confunde esta patología como es el síndrome del intestino irritable.
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Modas nutricionales
La sensibilidad al gluten es cada vez más complicada de diagnosticar. No solo debido a que sus síntomas se parecen a los síntomas que presentan diferentes afecciones como el ya mencionado síndrome del intestino irritable, sino también porque en la actualidad comer sin gluten es una moda seguida por multitud de personas.
En la actualidad muchas personas siguen una dieta sin gluten por considerarla más sana sin tener evidencia de ello. En este caso, los nutricionistas recomiendan que si la celiaquía no está diagnosticada, no se siga una dieta sin gluten. Tanto nutricionistas como médicos coinciden en que la decisión de no ingerir gluten no debería partir de una moda sino de un requerimiento nutricional aconsejado por un experto. Y es que la celiaquía puede generar problemas más graves como la aparición de un linfoma si no es tratada de manera correcta.
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