A los lectores de origen mexicano puede que les suene el nombre de Juan Ramón de la Fuente (Ciudad de México, 1951), reconocido médico y psiquiatra que llegó a ser Secretario de Salud del Gobierno Federal entre 1994 y 1999.

De la Fuente, que también fue rector de la UNAM, acaba de publicar el libro La sociedad dolida, el malestar ciudadano, donde se plantea responder una pregunta muy simple: ¿Qué le duele a México y al mundo?  Priorizando su mirada de psiquiatra por encima de la del político, el autor analiza y diagnostica los padecimientos que afronta su país en concreto –la guerra antinarco, la corrupción, la violencia– y los que acechan al planeta entero: la inconformidad social, la furia, las políticas de Trump, el triunfo de los populismos, el calentamiento global.

“Quise aprovechar mi situación de médico psiquiatra para entender el malestar ciudadano, primero en México y luego en otras sociedades democráticas”, explicó De la Fuente durante la presentación del libro en Madrid, la semana pasada.

Y este es su diagnóstico: “Veo a México, y a la sociedad en general, con un organismo que presenta síntomas de crisis emocional”, dijo el autor, para justificar el descontento general en su país, especialmente ahora que se acercan las elecciones presidenciales del 1 de julio.

Como cualquier persona que sufre una crisis emocional, la sociedad tiende a ser victimista y a querer culpar a un tercero de todos sus males. Este estado, según el médico mexicano, ha sido capitalizado por los discursos populistas y nacionalistas, como el del presidente Donald Trump, que ha querido culpar a los inmigrantes latinoamericanos de todos los males de los Estados Unidos.

“En mi país hay un enojo colectivo por los agravios que hemos sufrido por parte de Trump”, comentó el autor, que dedica varios artículos del libro a analizar la relación entre México y su vecino del norte. “Trump ha despertado el temor de que que EE. UU. ponga a México contra las cuerdas, por ejemplo, en términos económicos, al amenazar con retirarse del acuerdo de libre comercio (NAFTA), lo que tiene una clara influencia en la campaña electoral actual”.

De acuerdo con el médico mexicano, Trump puede infundir temores en los empresarios mexicanos pero, sin embargo “los problemas internos de México son mucho peores”, advirtió. “La violencia, la corrupción, el narcotráfico... producen un verdadero terror generalizado”, dijo, lamentando que ninguno de los candidatos a la presidencia haya incluido en su programa electoral una solución concreta para acabar con estos males, que tanto daño hacen a la moral de la población.

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Otro tema que le preocupa es el problema de las drogas y el descontento en los jóvenes, principal foco de atención de su estudio. “Estoy preocupado por las tasas altas de depresión, suicidios entre la juventud mexicana”, comentó.   

Todas estas reacciones emocionales colectivas, según De la Fuente, están influenciando en las decisiones de poder. “Estamos en una fase en que se ha perdido empatía por parte de las instituciones. El Estado ya no está dando garantías de tranquilidad, no está atendiendo a las dolencias y al desamparo que está sufriendo México en los últimos años”.

En particular, apunta el médico, “la sociedad mexicana no se siente comprendida, escuchada ni atendida”.  Y esta sensación de exclusión social, alentada por la crisis de los medios de comunicación tradicionales, va dando alas a los discursos victimistas y populistas, sobre todo gracias al empuje de las redes sociales y las noticias falsas.

“Los excluidos del sistema y de los medios tradicionales han encontrado en las redes sociales un espacio para reivindicar y expresarse sin ningún tipo de control. Así que yo no desconectaría los populismos de las redes sociales, son un vaso comunicante potente”, dijo.

Para frenar el populismo, De la Fuente cree es necesario aceptar que todo el mundo ha tenido alguna vez una crisis emocional. “Pero no podemos quedarnos en calidad de víctimas, tenemos que ser parte de la solución, y la solución tiene que venir de la misma sociedad”, comentó el autor, insistiendo en la necesidad de que la sociedad se organice para plantear alternativas al margen de los partidos políticos.

Pasar a la acción es, sin duda, la solución que propone en su libro. “Hay que actuar, para evitar que el enfermo se deteriore”, dijo. Un primer paso es apostar por la educación como herramienta más efectiva para luchar contra la desigualdad y la exclusión social. “La ignorancia impide que haya un progreso democrático sano”, añadió el autor, preocupado porque en los últimos años “en México ha crecido desproporcionadamente la cantidad de ricos que ahora son riquísimos”. En medio de auge de ideologías y populismo, lo mejor es apostar por una buena educación y de calidad para todos”.

El autor confía en que las próximas elecciones mexicanas, el 1 de julio, son una buena oportunidad para que la sociedad empiece a actuar de forma más efectiva y  “sintamos que podemos incidir en lo que ocurre”,comentó.