Trump, “listo” para intercambiar el futuro de los Dreamers por su muro.
El presidente Donald Trump viaja este jueves a Davos, Suiza, para asistir al Foro Económico Mundial, la cita anual que reúne a los políticos, empresarios y pensadores más influyentes del mundo para debatir el futuro de la globalización, el comercio internacional y los retos de la sociedad actual.
Al presidente Trump, sin embargo, no le interesa demasiado la globalización ni el futuro de la sociedad, vistas sus decisiones proteccionistas de retirar a EE.UU de diversos tratados internacionales de libre comercio o de retirarse del tratado de París sobre el cambio climático. Al presidente Trump le interesa seguir su agenda “America First”, - los intereses de EE.UU por delante de todo – y conseguir una de sus promesas electorales: un muro fronterizo con México para frenar la inmigración ilegal.
Por eso, el miércoles, antes de hacer las maletas para Davos, dejó bien claro a la prensa y a los congresistas que está dispuesto a llegar a un acuerdo para solventar la situación de los “Dreamers”, inmigrantes indocumentados que entraron en EE.UU siendo menores, si a cambio obtiene la aprobación para construir su muro.
La medida para proteger de a deportación a los Dreamers – como se conoce a los inmigrantes jóvenes amparados bajo el programa DACA, un programa instaurado por el expresidente Barack Obama y que Trump ordenó eliminar en septiembre – formaría parte de un paquete de medidas migratorias más amplio que la Casa Blanca tiene previsto hacer público la semana que viene.
Según declaraciones de la Casa Blanca a la prensa, Trump dijo que la nueva reforma migratoria permitiría a los jóvenes indocumentados conseguir la ciudadanía después de “10 o 12 años”.
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En EE. UU viven cerca de 800,000 inmigrantes amparados bajo el programa DACA, un programa implementado por Obama en 2012 que da permiso para vivir y trabajar en el país a todos aquellos inmigrantes que entraron en el país de forma ilegal con menos de 16 años. La mayoría son de origen mexicano, pero apenas conocen su país de origen, ya que lo abandonaron siendo chicos. El programa DACA es temporal y el permiso puede renovarse cada dos años, siempre y cuando el beneficiado no haya cometido ningún crimen.
Para todos estos jóvenes, el DACA es fundamental para acceder a una educación superior de calidad y obtener un buen trabajo en EE.UU. No obstante, todos ellos vieron como su sueño americano peligraba cuando en septiembre de 2017, el presidente Trump ordenó eliminar el programa DACA, cumpliendo con una de sus promesas electorales más agresivas. Desde entonces, Trump ha jugado con el futuro de los DACA como moneda de cambio para presionar a los congresistas demócratas (y también algunos republicanos) para que aprueben su criticado muro fronterizo, a cambio de una solución para los jóvenes indocumentados.
A principios de enero, un juez federal de San Francisco dictó la orden de suspender la eliminación del DACA hasta que resuelvan las demandas interpuestas contra la orden de Trump. Sin embargo, el programa ha dejado de renovar permisos, dejando en un limbo el futuro de los Dreamers.
“El movimiento de la Casa Blanca llega tras uno de los momentos de mayor tensión entre el presidente y las Cámaras a cuenta del tema migratorio”, destaca el diario El País. El rotativo español recuerda que la Administración de EE.UU estuvo cerrada durante tres días ante la imposibilidad de que los demócratas aprobasen el plan de financiación estatal presentado por los republicanos, al menos sin un compromiso firme sobre los Dreamers. Finalmente, los senadores llegaron a un acuerdo temporal el lunes. “Pero la calma es temporal”, alerta El País, pues el gobierno volverá a la misma situación el 8 de febrero.
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