Trump celebra su primer año con el cartel de “cerrado”
La agenda antiinmigración del presidente Donald Trump se ha convertido en su principal enemigo. Justo al cumplirse un año de su investidura, el presidente de EE. UU ha visto como su obsesión por construir un muro fronterizo con México y su desprecio por los “Dreamers” se han vuelto un obstáculo a la hora de llegar a un acuerdo en el Congreso, a pesar de estar controlado por una mayoría republicana.
Su incapacidad para el diálogo le han llevado a ver cómo se cerraba la Administración – el llamado shutdown – que afecta alrededor del 40% de empleados públicos “no esenciales”. Entre ellos, miles de trabajadores de museos y monumentos federales como el Independence Hall o la Campana de la Libertad (Liberty Bell), en Filadelfia.
“El coste es inmenso. No sólo en términos económicos. Muestra a unas élites políticas, y en este caso a todo un presidente, incapaces de llegar a un pacto para asegurar el pleno funcionamiento del Estado”, reportó el diario español El País.
“A diferencia de otros presidentes, que ofrecían un aire de crisis cuando se producía una situación así, Trump prefirió estar fuera del ojo público, apegado a su Twitter, por el que canaliza su enfado y vierte las culpas de todo a los demócratas”, observa el rotativo barcelonés La Vanguardia.
Los intentos de Trump este domingo para negociar con el Senado y poner fin al cierre de la Administración no tuvieron éxito y el cierre se prolongará hasta hoy lunes, al menos hasta que llegue a un acuerdo, dejando sin cobrar a centenares de funcionarios.
RELATED CONTENT
Uno de los principales asuntos que bloquean a la cámara parlamentaria es la política migratoria y el destino de miles de jóvenes indocumentados amparados por el programa DACA, un programa que Trump ordenó eliminar en septiembre.
Los demócratas han demostrado claramente que no apoyarán ninguna decisión en el Congreso si la Administración Trump no da marcha atrás en las políticas que pisotean los derechos de los DACA, también llamados “Dreamers”. Más de 700,000 “Dreamers” se encuentran en riesgo de deportación si los congresistas no llegan a un acuerdo para poner una solución legal a su situación. De momento, un juez federal de San Francisco ha ordenado a Trump suspender la orden de eliminar el DACA a nivel nacional hasta que se procesen las demandas judiciales interpuestas en su contra. La mayoría de los Dreamers son de origen mexicano.
Los analistas políticos han interpretado la jugada de Trump con los "Dreamers” como una moneda de cambio para conseguir que la mayoría del Congreso apruebe su plan de construcción de un muro en la frontera con México, valorado en 18,000 millones de dólares. Pocas semanas después, Trump también ordenó la eliminación del estatus de protección temporal (TPS) para 200,000 salvadoreños con el fin de presionar a los congresistas y senadores demócratas.
Pero parece ser que su “chantaje” no ha funcionado nada más que para que provocar el cierre de la Administración. Un cierre del que Trump, con el apoyo del líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, da la culpa a los demócratas.
“El pueblo americano no puede entender por qué los líderes demócratas creen que todo el Gobierno debe permanecer cerrado hasta que se acuerde lo que quieren en inmigración ilegal”, dijo McConnell. A estas acusaciones se sumó un spot televisivo promovido por el equipo de Trump en el que se acusa a los demócratas de tener culpa del cierre y de tener las manos manchadas de sangre ante “cualquier muerte que causen los inmigrantes ilegales”.
Trump inaugura su segunda legislatura en un entorno complicado. “El hombre capaz de negociarlo todo, el dealmaker, se verá ante el mayor reto parlamentario de su presidencia. Un nuevo pulso ha comenzado”, concluye El País.
LEAVE A COMMENT:
Join the discussion! Leave a comment.