Poco puede hacer Donald Trump para ocultar su desprecio hacia los inmigrantes.

Horas después del atentado frustrado en el corazón Nueva York – cuando un inmigrante de origen bangladeshí intentó detonar sin éxito un artefacto de explosivos casero- , el presidente de EE.UU declaró públicamente que es necesario endurecer las leyes de extranjería y poner fin a las políticas de reagrupación familiar, que han dejado entrar en el país a más de 20 millones de extranjeros desde 1981, destaca el diario español El País. Después pidió la pena de muerte para los terroristas,

El atacante del atentado de Nueva York ha sido identificado como Akayed Ullah, de 27 años, originario de Bangladesh y residente en Brooklyn. Ullah tenía permiso legal para residir en los EE.UU desde el año 2001 gracias al programa de reagrupamiento familiar. Los investigadores creen que Ullah se radicalizó en EE.UU. y que su principal influencia estuvo en internet.

“América tiene que arreglar un sistema migratorio que permite a demasiada gente peligrosa acceder a nuestro país. El sospechoso del atentado entró en nuestra patria a través del reagrupamiento familiar que es incompatible con la seguridad nacional”, declaró Trump en un comunicado.

Crítico con el magnate estadounidense, El País destaca que "las andanadas de Trump contra el sistema migratorio heredado de Barack Obama, un presidente que deportó casi tres millones de personas, siempre son bienvenidas por el núcleo duro de su electorado. Y Trump, obsesionado con una posible reelección, no deja pasar oportunidad para sacar provecho”.

Terminar con la política de reagrupamiento familiar no está de momento en la agenda del presidente, tal y como sí lo estaban la construcción de un muro en la frontera con México, el veto migratorio a refugiados e inmigrantes de ocho países que considera "peligrosos", o poner fin al programa DACA, una ley instaurada por el ex presidente Obama en 2012, que daba permiso temporal para vivir y trabajar en EE.UU a los inmigrantes indocumentados que hubieran entrado en el país con menos de 16 años. De momento, más de 200,000 beneficiarios del DACA, llamados “Dreamers”, se han quedado en un limbo, sin saber si se les renovará o no el permiso este año (el DACA debe renovarse cada dos años).

Trump también tiene en marcha un proyecto de ley para recortar de un millón a medio millón el número de Green Cards que se conceden al año. Los Green Cards son permisos de residencia y empleo a largo plazo.

A pesar de las duras declaraciones de Trump en su comunicado - cabe destacar que esta vez no acudió a Twitter para comentar el atentado -, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, reconoció antes en una rueda de prensa que la ideología fundamentalista “carece de fronteras”, explica el diario La Vanguardia. Durante la rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca también fue cuestionada por el hecho de que Bangladesh no esté en la lista de países incluidos en el veto migratorio decretado por Trump.