Jeff Davis, vocero del Pentágono, ha declarado que Estados Unidos ha observado actividad reciente en la base aérea de Shayrat, que fuera atacada bajo autorización del presidente Trump el pasado 6 de abril, tras la publicación de las dolorosas imágenes de las víctimas civiles que fueran bombardeadas con gas venenoso por el régimen de Bashar Al-Assad.

Según reportó Reuters, Davis no habría dado detalles del origen de la información, pero aseguró que la actividad se ha registrado durante las últimas 48 horas.

“Esto incluye aeronaves específicas en un hangar específico, que sabemos que están asociados con el uso de armas químicas”, declaró el vocero.

A pesar de que el gobierno sirio niega cualquier responsabilidad al respecto, la inteligencia de Estados Unidos ha registrado “movimientos similares a aquellos realizados durante el mes de abril”.

La Casa Blanca emitió un comunicado el día de ayer asegurando que si el gobierno sirio atentaba de nuevo contra su pueblo utilizando armas químicas, tanto Assad como su ejército “pagarían un precio muy alto”.

El ataque ordenado por el presidente Donald Trump ha elevado las tensiones entre Moscú y Washington, siendo Rusia el primer aliado del régimen de Al-Assad.

En unas declaraciones dadas el día de hoy por parte del vocero del Kremlin Dmitry Peskov, el gobierno ruso desconoce el uso de cualquier armamento químico por parte del gobierno sirio. “Ciertamente, consideramos estas amenazas al gobierno legítimo de la República Árabe de Siria, inaceptables”, aseguró Peskov.

Por su parte el ejército sirio y el ministerio de asuntos exteriores no han hecho comentarios al respecto, pero la cadena de televisión del gobierno sirio declaró que los alegatos de La Casa Blanca eran infundados, según continúa Reuters.

La situación en el territorio sirio es delicada para el balance político mundial, considerando que la lucha entre la oposición, el Estado Islámico y el gobierno de Al-Assad han destruido gran parte del país, involucrando a Rusia e Irak en el conflicto.

Según la embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, Nikki Haley, la advertencia de La Casa Blanca estaría dirigida a un público más amplio.

“La meta en este momento no es enviar un mensaje tan sólo a Assad, sino a Rusia y a Irán también”, aseguró Haley, “que si esto llega a suceder de nuevo, les estamos dando un pre-aviso. Espero que la advertencia del presidente logre que Irán y Rusia lo piensen dos veces, y espero que haga a Assad considerarlo”.

Por su parte el Ministro de Defensa inglés, Michael Fallon aseguró que Londres apoyaría cualquier acción estadounidense que pudiera evitar otro ataque con armas químicas, pero que su gobierno no había recibido información suficiente que sostuviera las declaraciones de Washington.

De manera parecida, y según reportó el medio Long Island News 12, las declaraciones del secretario de prensa Sean Spicer “tomaron a muchos funcionarios de la administración Trump por sorpresa”.

“Varios funcionarios del Departamento de Estado, que frecuentemente se encuentran involucrados en la coordinación de ese tipo de anuncios, aseguraron que fueron tomados por sorpresa por la advertencia, y que parecía que la información de inteligencia era conocida tan sólo por un pequeño grupo de altos cargos”, continúa el medio.

Normalmente, tanto el Departamento de Estado, el Pentágono y las agencias de inteligencia de Estados Unidos debían ser consultados antes de que la Casa Blanca emitiera este tipo de declaraciones, pero éste no fue el caso.

Por su parte, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee, declaró que este tipo de “filtración de información” era falsa y que todas las agencias de inteligencia estuvieron involucradas en la decisión.

De una u otra manera, la advertencia anticipada del gobierno estadounidense pondría en entredicho su conocimiento del procedimiento de ataque químico perpetrado durante el mes de abril, y la falta de datos concluyentes que sostengan sus amenazas al gobierno sirio parecieran llegar a tiempo, en un momento de grave crisis doméstica para la administración.