Filadelfia sufre en promedio más problemas de salud que el resto del país
¿Qué tan saludables son los filadelfianos? Esa es la pregunta que hace la Philadelphia Magazine a propósito de su más reciente edición especial sobre temas de salud y la clasificación de los mejores doctores de la ciudad.
De cuerdo con la revista, hay varias tendencias que preocupan a especialistas locales. Una de ellas tiene que ver con que Pensilvania cayó seis puestos en la lista nacional de estados saludables que la Henry J. Kaiser Family Foundation elabora anualmente. Entre 2009 y 2015, el estado descendió del puesto 14 al 20 de dicha clasificación.
Este panorama general tiende a empeorar cuando se le mira desde una perspectiva local, según otra clasificación realizada por la Robert Wood Johnson Foundation, el condado de Filadelfia aparece como último en el ranking que evalúa la situación de la salud en los 67 condados del estado.
El último lugar de Filadelfia se entiende por ejemplo desde la magnitud de la epidemia de opioides que azota a la ciudad hace varios años: el condado dobla la media nacional de muertes por sobredosis: si en Estados Unidos mueren 17,2 personas por cada 100.000 habitantes, aquí lo hacen 32.
La dramática epidemia de opioides, que solo el año pasado le arrebató la vida a más de 900 personas —cifra tres veces mayor que las muertes violentas—, no es la única razón que explica la clasificación de la ciudad.
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Filadelfia se ubica por encima de la media nacional en casi todos los aspectos que afectan seriamente la salud de los estadounidenses, desde la incidencia de enfermedades cancerígenas y cardiacas, hasta temas de obesidad, tabaquismo y consumo de alcohol.
Por ejemplo en obesidad, la media nacional de personas con un índice de masa corporal mayor de 30.0 es de 30.4% mientras que en Filadelfia es de 31.4%. Si la tasa de mortalidad relacionada con el cáncer es de 185 personas por cada 100.000 a nivel nacional, aquí es de 222,2. Si el 21.7 por ciento de los estadounidenses fuma, aquí lo hace el 22.9 por ciento de los habitantes.
Si bien muchas de las condiciones de sanidad que enfrentan los filadelfianos tienen que ver en buena parte con sus hábitos, también es cierto que el contexto socioeconómico juega un papel determinante en la salud de la población.
Aunque el artículo no se ocupa de esta relación particular, es importante recordar que temas como el tabaquismo, el consumo de drogas, la obesidad, la diabetes, el embarazo adolescente, la contaminación del aire y el consumo de alcohol son problemas de salud prevenibles siempre y cuando la gente tenga acceso a servicios de salud, educación, seguridad alimentaria y empleos mejor remunerados.
Una de las preguntas que quizá queda en el aire es ¿qué sucedería en Pensilvania y especialmente en Filadelfia si programas dirigidos a mejorar las condiciones de los sectores más vulnerables de la sociedad sufren recortes?
Lea el informe completo aquí y saque sus propias conclusiones.
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