Tal y como se preveía, la sala disciplinaria de la Corte Suprema de Pensilvania le revocó al fiscal distrital de Filadelfia, Seth Williams, su licencia profesional para actuar como abogado. 

La medida, que tendrá efecto a partir del próximo 13 de mayo, se da en medio de las investigaciones disciplinarias de las que Williams es objeto luego de que se destapara el escándalo de sobornos en el que se le acusa de haber recibido más de $34.000 en pago de favores y de no haber declarado más de $175.000 en regalos que recibió entre 2010 y 2015.

La pregunta es ¿cómo un fiscal cuya licencia profesional ha sudo revocada -temporalmente, pero revocada al fin y al cabo- puede seguir al frente de la entidad judicial más importante de la ciudad?

Kathleen Martin, la primera fiscal auxiliar de la Fiscalía Distrital, le respondió en comunicación electrónica a Philly.com que “durante su suspensión, las actuaciones del fiscal del distrito se limitarán a tareas administrativas y que no ejercerá funciones judiciales en casos adelantados por su oficina”.

Pese a que la situación del fiscal es insostenible, la decisión de Williams es mantenerse en el cargo lo más que pueda. Su permanencia en la Fiscalía, que se decidirá en el ámbito disciplinario el próximo 31 de mayo, quizá no contribuye en la misión judicial del ente investigador, pero a él sí le conviene:  los más de $175.000 anuales que hace sin duda alguna le servirán en caso de que sea vea obligado a pagar las multas que posiblemente le vienen encima.