Frente a las disparidades de ambas administraciones, los dos jefes de estado han coincidido en sus desacuerdos públicos en temas como Rusia, el Brexit y la política migratoria de ambos países.

En una rueda de prensa ofrecida por ambos mandatarios tras su reunión diplomática, Donald Trump inauguró la alocución reafirmando su compromiso con la OTAN y con un involucramiento justo de cada parte.

Intentando buscar un terreno mutuo, el presidente afirmó que ambos países “deben seguir trabajando juntos para combatir el terrorismo radical islámico y derrotar a ISIS”.

Pero los desacuerdos fueron difíciles de obviar y el Presidente Trump no pudo esquivar el asunto migratorio, al que previamente habría hecho referencia como “el peor error” que pudo haber cometido la Canciller alemana, refiriéndose al amparo de refugiados en Alemania.

“La inmigración es un privilegio, no un derecho y la seguridad de nuestros ciudadanos debe ser la prioridad”, aseguró.

Angela Merkel, por su parte, destacó la importancia de la reunión, recordando los lazos históricos con la nación norteamericana, y prometiendo una prolongada colaboración en la lucha contra el terrorismo. Con respecto a la relación con Rusia, aseguró que todo dependerá del fin del conflicto en Ucrania.

En asuntos de comercio, la Canciller aseguró que es posible el entendimiento entre ambos países a pesar de que Trump “abandere el proteccionismo” y Alemania tenga una postura más libertaria con respecto a su economía. “Tuvimos un muy buen intercambio”, aseguró.

Durante sus declaraciones, la Canciller pidió que se reanudaran las negociaciones entre los Estados Unidos y la Unión Europea para firmar un acuerdo de libre comercio, a pesar de conocer las posturas radicales del Presidente Trump frente a los tratados multilaterales, pero Merkel, por su parte, no es partidaria de acuerdos bilaterales y sugiere que cualquier negociación deberá articularse a través de la UE.

En respuesta al cuestionamiento del plan sanitario que reemplazará el Obamacare, Trump defendió la propuesta legislativa, asegurando que será “estupendo” y presumiendo de haber logrado convencer a los republicanos que se encontraban dudosos al respecto.

Una periodista alemana intervino para preguntar sobre los beneficios del muro fronterizo con México y el “aislamiento” que pretende inyectar la nueva administración en las relaciones internacionales de los Estados Unidos. Trump respondió tajantemente que “no creo que el aislacionismo sea una buena política, pero sí creo en políticas comerciales justas”.

En un gesto de diplomacia oportuna, Merkel evitó enfrentar las diferencias con Trump frente a los medios, sobre todo en relación con la Unión Europea, la globalización y la inmigración, sin perder terreno en el proceso.

Así pues, la Canciller aseguró que la unidad europea es prueba de fortaleza económica y de paz, definiendo a la globalización como un “elemento de progreso económico”. “Buscaremos el compromiso que sea bueno para los dos lados”, resumió.

Con respecto al asunto fronterizo y migratorio, Merkel aseguró que los problemas reales sobrepasan a los inmigrantes y el objetivo debe ser resolver el asunto de raíz, ayudándoles en su país de origen.