De pequeña, Miriam Ramírez nunca llegó a preguntarse qué rayos quería hacer con su vida. “Siempre supe que mi vocación era comunicar, me gustaba informar,” admite por teléfono esta conocida ex reportera de televisión portorriqueña, que acaba de publicar un manual para orientar a los jóvenes latinos a elegir su profesión.  

“La intención de este libro es lograr que nadie se quede cruzado de brazos esperando a descubrir su vocación. Hay que conocerse a sí mismo, indagar… A veces los padres insisten en que tomes unos estudios o trabajos determinados, pero si no hay pasión detrás, nunca se llega lejos”, explica Ramírez en una entrevista telefónica con AL DIA NEWS.

Criada en Cabo Rojo, un pueblo rural al sur de la capital, Miriam empezó su carrera periodística como locutora de radio en una emisora de música local, a pesar de que en su familia todos se dedicaban a la agricultura. “Mi padre era camionero, pero yo tenía claro que quería ir a San Juan a estudiar periodismo”, recuerda.

Quiero ayudar a los jóvenes latinos a salir del estancamiento. 

Su motivación  y empeño le permitieron convertirse en una reconocida reportera televisiva, hasta que en el año 2010, su vida dio un giro: su esposo, el fotoperiodista Jesús Fernando Quiñonez, perdió la vida al ser disparado por miembros de una banda criminal mientras sobrevolaba en su helicóptero una barriada marginal de San Juan.

“Mi marido y yo trabajamos mucho juntos. Él era camarógrafo y yo periodista”, recuerda la reportera.

El asesinato de su marido, con quien tuvo una hija, la obligó a replantearse por primera vez qué quería hacer con su vida. Sentía que necesitaba un cambio. Finalmente, Ramírez decidió abandonar el periodismo y tomar las riendas de la finca que ella y su esposo habían adquirido en 2004 con el fin de transformarla algún día en un negocio de agricultura sostenible.

“Quiero ayudar a los jóvenes a salir del estancamiento. Cualquier persona puede encontrar su verdadera vocación. Así no pierdes el tiempo en cosas que no te gustan. Porque nuestro tiempo es limitado”, añade la periodista, reconvertida en empresaria agrícola.

En la vida hay que saber reinventarse

En la actualidad, Miriam se dedica a la gestión de Los Sueños Farm, donde comercializa heno, principalmente pajón y pangola, huevos orgánicos y limones. En sus ratos libres, se dedica a escribir. Qué rayos quiero hacer con mi vida es su primer libro, y también una especie de legado que la periodista ha querido dejar tanto a sus hijos como a sus lectores.

 “En la vida hay que saber reinventarse”, dice Ramírez, que se declara feliz de que su vida y la de sus dos hijos transcurra ahora entre campos de cultivo y gallinas que corretean libres y comen sano. Sus huevos orgánicos, insiste, nada tienen que ver con los huevos procesados importados de Estados Unidos.

“Hay que educar a la gente para que consuma producto local, menos contaminado que el que nos llega de Estados Unidos. Es difícil competir con sus precios. Cuatro docenas de huevos americanos en el supermercado cuestan $5 mientras que mis “huevos felices” pueden costar casi $3 la unidad,” se lamenta.

Dedicarse a la agricultura sostenible es solo una alternativa profesional más dentro del abanico de profesiones que la periodista plantea en su libro.

La guía contiene 43 opciones de profesiones u oficios y en cada una de ellas se explican los requisitos, el día a día, los sacrificios de la profesión y los beneficios. “Procuré redactarlo de forma sencilla y amena, para que el mensaje llegue a todo el mundo”, explica la autora.

A la hora de redactar el libro, Ramírez ha tenido en cuenta que los jóvenes puertorriqueños se enfrentan desde hace unos años a una situación económica difícil, lo que les obliga a emigrar fuera para desarrollar su carrera académica y profesional, principalmente a los Estados Unidos. “En general, la situación es complicada en todo el mundo”, dice. “Pero sea en el país que sea, lo importante es conocerse bien a sí mismo. Todo es una cuestión de actitud: confiar en uno mismo y pensar en positivo, indagar en lo que quieres ser en el futuro”.

En esta isla necesitamos gente ambiciosa

Y cuando Miriam habla de mantener una actitud positiva, sabe de lo que está hablando. Han sido su motivación y perseverancia las que le han permitido hacer realidad su sueño y el de su difunto marido: llevar adelante Los Sueños Farm.

“Ambos teníamos raíces agrícolas, veníamos de familias con fincas... Sabíamos que queríamos volver”, dice, nostálgica.

Y volviendo a su libro, añade: “En esta isla necesitamos gente ambiciosa, sé que nuestra gente cuando se marcha a los Estados Unidos trabaja bien duro. No me gusta que la gente se quede en casa de brazos cruzados, esperando a que el gobierno les financie. De hecho, mi libro puede ayudar a muchos, tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica. Que confíen en ellos mismos, que se conozcan, que sepan lo que les apasiona”, concluye.