Mighty Writers: El futuro bilingüe
En la ciudad de Filadelfia, en donde tan solo tres de cada diez estudiantes del Distrito Escolar domina la lectura y escritura en el idioma inglés, una organización llamada “Mighty Writers” ha tomado la iniciativa de mejorar las oportunidades para distintas comunidades, incluyendo la comunidad mexicana del sur de Filadelfia, y lo están haciendo tanto en inglés como en español.
“Nuestra misión es enseñar a los niños y jóvenes a pensar y escribir con claridad porque así pueden tener un mejor futuro”, dijo Tim Whitaker, director ejecutivo.
La organización, fundada por él en 2009, provee servicios a unos 2.000 estudiantes cada año en cuatro centros localizados en el norte, sur y oeste de la ciudad. Actualmente la gran mayoría de los participantes, el 79 por ciento, son afroamericanos. Le siguen los asiáticos (10%) y blancos (6%), mientras que los latinos representan apenas el 2 por ciento, de acuerdo a cifras del año pasado. Sin embargo, las cosas están por cambiar.
El más reciente de los centros abrió sus puertas durante la primavera del 2015 justo en el corazón del Italian Market, donde se concentra la comunidad mexicana. El centro, conocido como “El Futuro” es el único de enseñanza bilingüe.
Si bien la organización ha crecido ante el descontento de los padres de familia con el Distrito Escolar, Whitaker considera que el centro del Italian Market es el que tiene mayor potencial debido al tamaño y al entusiasmo de la comunidad mexicana. De acuerdo a cifras del censo 2010, hay unos 15.000 mexicanos en Filadelfia, en comparación con los 6.000 de la década anterior. El centro fue inaugurado en el Italian Market bajo recomendación de Nora Litz, una amiga de Whitaker involucrada con la comunidad mexicoamericana. Anteriormente la organización ofrecía clases los sábados en una ubicación en South Street pero Whitaker pronto se dio cuenta del potencial entre la comunidad mexicana.
La labor de la organización es de particular relevancia para las familias inmigrantes, algunas de ellas indocumentadas o de estatus mixto, y para los padres de familia que no dominan el inglés y enfrentan retos a la hora de ayudar a sus hijos con la tarea o a navegar el sistema educativo.
Por un lado, “El Futuro” ayuda a los estudiantes que inmigraron a EE.UU. a dominar la escritura en inglés. Por el otro, ayuda a la nueva generación de mexicoamericanos en Filadelfia a preservar el idioma que hablan en su familia, de manera formal, con reglas de ortografía y gramática.
“Estamos creando una comunidad no solo bilingüe sino que domina la lectura y la escritura en ambos idiomas”, dijo Madeline Karp, directora de programa.
Según Whitaker, la escritura podrá no ser una prioridad en el Distrito Escolar, pero sí lo es en cada uno de los programas que forman parte del currículo de Mighty Writers y que la organización ofrece de manera gratuita.
“Cada uno de los programas, ya sea el programa después de clase, los talleres o el programa de mentores, resulta en una pieza de escritura de una forma u otra,” dijo Whitaker.
El más popular de ellos es “El Instituto” o “Academy”, un programa después de clase, de lunes a jueves, de 3:00 a 6:00 p.m., en el que los estudiantes se dedican a hacer la tarea y a trabajar en proyectos originales de escritura, ya sea a manera de artículo, ensayo o instructivo. El 89 por ciento de los estudiantes que asisten al menos tres veces por semana al programa dominan la escritura al final del año escolar, de acuerdo a sus boletas de calificaciones.
Por otra parte, hay talleres con temas tan variados como los intereses de los niños, quienes tienen la oportunidad de desarrollar sus habilidades para la escritura mientras se divierten, por ejemplo, haciendo proyectos de arte. El centro en el Italian Market, incluso cuenta con un estudio de radio por internet que próximamente estará en operaciones. De acuerdo a Karp, los temas de los talleres dependen de las necesidades y los gustos de la comunidad.
Además, la organización dispone de un programa de mentores en el que cada estudiante es asignado a un adulto de la comunidad con quien se reúne una vez por semana para explorar sus intereses y trabajar en un proyecto en particular. Según Karp, algunos estudiantes incluso han publicado su obra.
Recientemente, otros centros han implementado un programa de preparación para la universidad, en el que los estudiantes de ‘high school’ tienen la oportunidad de estudiar para el examen de admisión y de trabajar en su ensayo de ingreso. Hasta la fecha, cada uno de los 12 estudiantes que han participado en este programa han sido admitidos a una universidad o colegio. Los participantes han obtenido calificaciones promedio de de 1.465 en el examen SAT, lo cual representa una mejoría promedio de unos 100 y 200 puntos previo a su participación en el programa.
Uno de los retos que enfrenta la organización en la comunidad mexicana del sur de Filadelfia, es llegar a los jóvenes de high school, ya que estos comienzan trabajar a una edad más temprana, en ocasiones, en los mismos restaurantes que sus padres.
“Mientras tanto, estamos trabajando con los más pequeños para que cuando lleguen a high school vean el valor de la educación superior”, dijo Whitaker.
Por otro lado, están las historias personales, que reflejan el impacto que la organización tiene en la vida de los niños más allá de sus estudios.
Whitaker mencionó, por ejemplo, el caso de una estudiante de ‘high school’ a quien la escritura le ha ayudado a lidiar con su depresión. Sanchez, el caso de una joven adolescente que se ha mudado de una ciudad a otra en los últimos años, y a quien su participación en el programa ha ayudado con su autoestima. Por su parte, Karp destacó el caso de un pequeño a quien su participación en el programa le ha facilitado hacer nuevos amigos.
“El escribir y leer lo que sienten es de gran valor para ellos”, dijo Whitaker.
“Lo que es más importante, nuestra organización le da a los estudiantes una voz y una avenida a través de la cual pueden expresarse”, dijo Gosia Sanchez, gerente del programa.
Karp agregó que para muchos de estos niños, “Mighty Writers”, más que un programa después de clases, es una comunidad y una red de apoyo. “Se trata de fomentar la seguridad en sí mismos para que puedan hacer lo que quieran hacer, así sea escribir un libro, o hacer amigos”, dijo Karp.
El éxito de Mighty Writers le valió a la organización la inclusión en la lista de las 50 mejores organizaciones sin fines de lucro de artes y humanidades en EE.UU. por parte de un comité del presidente Obama en 2014. Sin embargo, para Whitaker, su mayor satisfacción es visitar los distintos centros y ver a los niños escribiendo.
“Conforme los padres de familia reconocen la importancia de la escritura y la labor que hacemos, recibimos más niños a quienes prestamos servicios, y cuando nuestros donantes ven que obtenemos resultados, recibimos más fondos”, dijo Whitaker.
La organización, que tiene un presupuesto anual de un millón de dólares, cuenta con tan solo siete empleados a tiempo completo y cuatro a media jornada entre los cuatro centros, además de unos 200 voluntarios.
Los fondos provienen principalmente de fundaciones y donadores individuales mientras que solo una pequeña fracción proviene de corporaciones.
A Whitaker le gustaría expandir la organización a toda la ciudad.
“Somos muy ambiciosos. No vemos ‘Mighty Writers’ como un programa ‘boutique’ tan solo para unos cuantos niños, sino que queremos llegar a cada vez más y tal vez llevar el programa a las escuelas”, dijo Whitaker.
“Podría haber un centro cada 10 cuadras”, dijo. Sin embargo, prefiere avanzar un paso a la vez. “Después de todo, es cuestión de dinero, y tenemos que tener cuidado de no expandirnos muy rápido”.
Por ahora, adelantó que para el próximo centro, tiene en mente la comunidad puertorriqueña del norte de Filadelfia, así como las áreas de Logan y Germantown.
Al ser cuestionado qué puede aprender el Distrito Escolar de Mighty Writers, Whitaker responde con cautela.
“El Distrito Escolar está bajo bajo asedio financieramente así que los maestros están estresados”, dijo. Recordó que si bien hace seis años, cuando inició el programa, había maestros del distrito que indagaban sobre el programa, hoy rara vez sucede esto. Aun así, tiene la esperanza de que el distrito vea el trabajo que hacen en su organización y decida que, después de todo, la escritura sí es una prioridad.
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