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Primera visita del nieto de Diego Rivera a Filadelfia

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Diego López Rivera, nieto de Diego Rivera, uno de los pintores muralistas más grandes que ha dado México y Latinoamérica a nivel internacional, visitó por primera vez Filadelfia.

Fueron sus más de tres mil murales, incluyendo uno que plasma el rostro de su abuelo, los que atrajeron al cineasta y vice presidente de la Fundación Diego Rivera A.C. a la ciudad del amor fraternal y a ponerse en contacto con el Programa de Murales de Filadelfia, con el que planea hacer un intercambio de artistas.  

Sin duda, el matrimonio más famoso de Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, o Diego Rivera, fue el que sostuvo con la pintora Frida Khalo. Sin embargo, Rivera, quien era famoso por su atracción a las féminas, tuvo tres matrimonios. El primero, en 1916, con la pintora rusa Angelina Petrovna Belova mejor conocida como Angelina Beloff, con la que tuvo su primer hijo, Diego, que murió un año después.

Ya de regreso en México, en 1922,  mientras pintaba su primer mural en la Preparatoria Nacional, Rivera conoció y se casó con Guadalupe Marín, una tapatía de grandes ojos verdes y famosa por su belleza. Con ella Rivera tuvo dos hijas,  Guadalupe, la madre de López y Ruth.

"Mi abuela nació en Guadalajara, Jalisco. Era muy bella desde joven y cuando supo que Diego Rivera había regresado de Europa dijo: 'Yo me quiero casar con ese señor' y con el pretexto de que iba a visitar a unas primas se fue a la ciudad de México y lo enamoró", dijo López.

"Pero luego vienen las otras historias. Lo que cobraba Diego Rivera por sus murales no era nada, tenía que vender retratos de caballete para poder ganar dinero. En un ocasión llegó Diego a comer a su casa y Guadalupe, que tenía un carácter fuerte, había hecho pedazos una figura prehispánica y se la puso en el plato y le dijo a ver, 'cómete eso'"..

Tras su divorcio con Marín en 1928, Rivera contrajo nupcias con la controversial Khalo al año siguiente. Mientras que Marín se casó con el poeta Jorge Cuesta, miembro del grupo opositor al de Rivera.

Hoy en día, Guadalupe Rivera Marín, la hija de Rivera, y su hijo Diego López llevan 10 años cultivando el legado internacional del pintor mediante la Fundación Diego Rivera A.C.

López es un cineasta que ha producido largometrajes en los últimos 20 años. Hace tres años dirigió un documental titulado 'Un Retrato de Diego', junto con Gabriel Figueroa, quien lleva el mismo nombre que su padre, el famoso cineasta que trabajó tanto en México como en Hollywood.

"Entre las cosas que heredó de su padre, Gabriel encontró un material, unos rollos de película de 16 milímetros que decía 'Diego Rivera no proyectar' y era un material original que se había filmado en 1949. En ese material está mi abuelo tomando notas, pintando en su estudio, es un material bellísimo y un testimonio histórico".

Este año el mexicano produjo una película 'El Atentado' sobre un intento de homicidio a Porfirio Díaz, y actualmente se encuentra preparando un filme sobre el maíz transgénico, controversial debido a que es modificado geneticamente.  

En esta primera visita, López hizo los primeros acuerdos para un intercambio de artistas con El Programa de Murales.

"Nuestra familia es complicada: La historia está en los libros"

Esta es parte de la conversación que López sostuvo con AL DÍA.

¿A qué se dedica la fundación?

Nosotros empezamos a trabajar con una organización de carácter familiar en el año 2000 y poco a poco se fueron ampliando las actividades. Empezamos como fomento y divulgación de la vida de mi abuelo pero con el tiempo hemos desarrollado programas más concretos con la meta de llevar también un mensaje social y educativo como lo hizo el maestro. El fomento de la pintura mural con un carácter público y social, y por otro lado recuperar la pintura mural al fresco, la técnica del renacimiento con la que pintaron los grandes muralistas Orozco, Siqueiros y Rivera y las culturas del México antiguo como los mayas y los toltecas.

¿En qué consiste la técnica de pintar mural al fresco y por qué la considera tan importante?

Hay murales que fueron pintados alrededor del siglo sexto, hace 1.500 años y se preservan, además en condiciones climáticas muy adversas como la selva lacandóna.   Esta técnica se está perdiendo, se dejó de practicar en México y en otras partes del mundo.

Es más barata pero complicada. Por un lado hay que hacer la mezcla correcta de materiales como la cal y arenas finas y polvo de mármol. Hay que hacer una maza, como una especie de yeso que se aplica en una superficie lisa de cemento, entonces el pintor debe de pintar mientras esa capa de argamasa, como se le llama, está fresca. Por eso se le llama pintura al fresco. Se pinta a través de pigmentos que se disuelven en el agua. Entonces el muro al estar fresco absorbe los pigmentos y cuando se seca forma una capa muy dura y resistente y ya no se puede pintar encima.

¿Qué planes tiene en Filadelfia?

Desde 1984, aquí en Filadelfia se ha venido desarrollando, lo que para mí es el programa de murales con sentido social más importante y más productivo.  Los artistas en el Programa de Murales de Filadelfia desconocen de esta técnica y en México nunca hemos pintado un mural tan grande como los que hay aquí.

¿Cómo eran los problemas sociales de México en la época de Rivera y cómo son ahora?

Hay más, más diversos y más complejos. Al final de la revolución cuando empezó a desarrollarse el muralismo como una forma de llevarle el arte al pueblo y llevarle un mensaje educativo, una enseñanza a la importancia del trabajador, el obrero.

En ese entonces México era un país que carecía de educación, al término de la revolución, sólo el 10 por ciento de la población, que era poco más de 10 millones de personas, sabía leer y escribir. Era muy claro que una de las metas era enseñar al pueblo, educarlo y alfabetizarlo y obviamente crear las condiciones para crear empleo y (para que) hubiera un crecimiento económico.

Ahora somos un país con más de 100 millones de habitantes. Seguimos teniendo serios problemas de educación. Los problemas de empleo son enormes, hay muchas personas que son sub-empleadas, puestos en la calle o empleos que son muy poco productivos porque no general impuestos y no ayudan a la economía. Y finalmente el problema de la violencia que se deriva de esto.

¿Cuéntenos acerca del proyecto que tiene en Ciudad Juárez?

Diseñamos un programa mural específico para Ciudad Juárez porque pensamos que a través de la pintura mural y muchas otras se puede restablecer el tejido social.

En Ciudad Juárez hay toda una generación de jóvenes hijos de trabajadoras de las maquiladoras (fábricas ensambladoras) que fueron atendidos en condiciones muy deficientes de educación. No había guarderías, no había hospitales,  no había lugares de recreo, poco fomento al deporte. Además que son mujeres que venían de muchas partes del país entonces no había un arraigo, no había una familia y todo eso hizo que el tejido social se rompiera.

Ahora tenemos un grupo de jóvenes que no tienen valores y que no tienen empleo y lo que les queda es unirse a la violencia y eso es algo muy triste.

La cultura brinda elementos para que uno valore su entorno y valore las cosas que lo rodean.

El programa se llama Pintura Mural y la comunidad en Ciudad Juárez, y estamos esperando los fondos para comenzar con ese proyecto.

¿Cómo ha sido su experiencia de vida siendo el nieto de Diego Rivera?

Yo no me acuerdo de mi infancia. Supongo porque no fui muy feliz. La familia es algo complicada, la historia está en los libros. No fue una familia estable, no fue unida. Mi madre fue la hija rebelde. Mi abuelo quería que fuera comunista y una luchadora social y mi madre quería tener una personalidad propia. Se metió a la política pero al partido del gobierno, al PRI. Es una persona muy respetada, es doctora en economía y ahora escribe libros sobre extraterrestres. Tiene 86 años y es muy activa.

Yo el 'Rivera' no lo uso. Mi nombre como cineasta es Diego López. Mi madre nos educó a valernos por nosotros mismos. Es un gran orgullo y una responsabilidad ser familiar de Diego Rivera, no puede uno andar por el mundo como si nada.

¿Su abuela hablaba de Diego Rivera?

Sí claro. Lo despreciaba.

"Más unidad y menos fronteras"

"Los artistas que vienen de afuera a veces traen mensajes más simbólicos, algunos más políticos o a veces abstractos pero sea cual sea su estilo es algo diferente a lo que se vive y se tiene en Filadelfia y al final eso es lo que hace la colección diversa que es lo que queremos", dijo Jane Golden, presidenta del Programa de Murales de Filadelfia.

"A la misma vez debemos tener un balance porque debemos ser leales a los artistas locales".

Golden aseguró admirar la voluntad de López de querer no solo mantener vivo el muralismo pero crear vínculos entre asociaciones artisticas y países.

"Es mejor tener más unidad y menos fronteras", agregó.  

Además, López y Golden hablaron durante esta visita acerca de realizar una Conferencia Mundial de Muralistas para el año 2012.

Para más información visite: muralarts.org.

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