Elecciones del martes desilucionan a jóvenes
El electorado joven que empujó en 2008 a Barack Obama en su carrera hacia la Casa Blanca y fue decisivo en su victoria, se ha desvanecido dos años después en EEUU, donde el martes se celebran unas elecciones legislativas sin chispa juvenil.
Los centros electorales volverán a abrirse el próximo 2 de noviembre en todo el país para renovar la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 37 gobernadores estatales.
Sin cambiar la tendencia -los comicios legislativos siempre son menos enérgicos que los que deciden la Presidencia-, la participación se prevé que caiga un 15 por ciento, según la última encuesta de Gallup.
Y además, tampoco se repetirá, pese a los esfuerzos demócratas, la marca de 22,5 millones de personas de entre 18 y 29 años que votaron en 2008.
Aunque el "demócrata" sigue siendo su partido preferido, menos jóvenes se identifican como demócratas. Del 62 por ciento de julio de 2008 se ha pasado a un 54 por ciento en 2009 y un 57 a principios de este año, según una encuesta de Pew Research.
Con el pelo cada vez más gris, un insistente Obama se ha entregado a mítines en universidades y ha concedido entrevistas a medios con un público juvenil, como la revista "Rolling Stone" o el programa del humorista Jon Stewart, "The Daily Show".
Sin embargo, el mismo arquitecto de la estrategia política de los demócratas en estas elecciones, David Plouffe, reconoció en el diario "Washington Post" que, pese al apoyo de los jóvenes al presidente, "muchos de ellos no sienten el tirón suficiente como para ir a votar".
Las encuestas lo confirman. Sólo un 23 por ciento de ellos se declaran "muy entusiastas" por votar, muy lejos del resto de grupos, sobre todo de los mayores de 64 años, que alcanzan un 49 por ciento.
Para cambiar esos ánimos, decenas de organizaciones como "Rock the Vote" o "Bus Project" han puesto en marcha campañas para que los jóvenes se registren y voten este noviembre.
"Vamos a llegar puerta a puerta la noche de Halloween, el 31 de octubre, a 200.000 votantes jóvenes y docenas de estados", aseguró a Efe Noah Manger, director de Bus Project.
Manger rechaza los "mitos" sobre el votante joven, como "la falta de entusiasmo" o su cada vez mayor distancia de la política, pero sí considera que los partidos políticos parecen haberse olvidado de los jóvenes en estas elecciones legislativas y estatales.
"Estamos viendo que hay una necesidad real para que los inviten a participar. Hay que dirigirse a ellos, pero no han dedicado suficientes recursos para implicarlos", asegura.
Razones para que los jóvenes vayan a las urnas las hay, dice a Efe Aditya Atholi, un joven republicano de 21 años. Al ser preguntado sobre qué es lo que más le preocupa sobre su país repite enfático: "deuda, deuda, deuda".
"(Los políticos) tienen que resolver la crisis económica, pero hay otras maneras de hacerlo aparte de gastar dinero", explica al tiempo que critica al Congreso dominado por los demócratas y al Gobierno.
Para Sydney Cain, votante independiente de 24 años que votó a Obama en 2008, el tema prioritario en estas elecciones también es la deuda. Pero no la del Gobierno, sino la suya.
Como millones de estudiantes en EEUU, la joven debe devolver los préstamos estudiantiles y para ello busca un trabajo que los pueda pagar. Debe 80.000 dólares.
En la campaña, ha escuchado "poco o nada" sobre el asunto. En cuanto a lo que dicen del desempleo, el seguro médico o el medio ambiente, los tres asuntos que destaca, tampoco está satisfecha.
"No han dado muchas respuestas. Muchos candidatos han formulado las preguntas correctas, pero no han dado ninguna solución", dice.
Quizá por eso cree que los nuevos y radicales aires que el movimiento popular conservador Tea Party ha traído a estas elecciones son buenos y el joven republicano se confiesa "contento" porque dice, "ponen al país en la dirección correcta".
La independiente Cain, sin embargo, discrepa del republicano. "El Tea Party ha hecho un buen trabajo haciéndose oír y dando a la gente algo en que creer, pero no creo que su agenda sea sostenible", opina.
En lo que ambos coinciden es en que hay que volver al debate "civilizado y positivo" que, recuerdan, supuso el bautizo político de toda una generación. La suya.
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