Mientras los niños del campamento de verano Creative Steps no pueden nadar en la piscina de Valley Club por supuesta discriminación (vea historia relacionada), lo niños del sur de Filadelfia no pueden nada por falta de presupuesto.

Decenas de padres junto a sus hijos en el sur de la ciudad se congregaron a las afueras de la piscina Barry, en las calles 18 y Johnston, para protestar por su reapertura.

Por un lado, los padres alegan que sus hijos ya no tienen donde tomar lecciones de natación, y por otro, el alcalde Michael Nutter asegura que la ciudad solo tiene dinero para abrir 10 de las 28 piscinas que cerraron.

Algunos vecindarios fueron más afortunados que otros, por ejemplo, en el noreste, el norte y el oeste la mitad de las piscinas están abiertas, mientras que en el sur y en Fishtown son menos de la mitad.

Así mismo, el Departamento de Recreación aseguró que la distribución de piscinas abiertas fue hecha basada en tamaño, asistencia y localidad.

Por su parte la Coalición para Servicios Esenciales y la Coalición para Salvar las Bibliotecas protestaran al frente de City Hall en martes para pedirle al alcalde que abra todas las piscinas de la ciudad.

Vea cómo reportó el Inquirer.