Supremo Tribunal de Brasil dejó hoy en suspenso por tiempo indefinido un fallo sobre la legalidad de una reserva indígena, cuyas tierras disputan indios y empresarios, en momentos en que aumentan las tensiones y la policía permanece "alerta" en el norte del país.

Tras una sesión que se prolongó durante unas diez horas, en la que fueron escuchados los alegatos de indios y productores, los magistrados decidieron suspender los trabajos después de que uno de los once miembros del tribunal expresó dudas sobre el caso.

El magistrado Carlos Ayres Britto, relator del proceso, consideró que la reserva conocida como "Serra Raposa do Sol", en la frontera de Brasil con Venezuela y Guayana, debe quedar tal como la delimitó el Gobierno en abril del 2005.

En la práctica, esa opinión supone un respaldo a la posición de los indios, que exigen la expulsión de esas tierras de una decena de empresarios dedicados a la producción de arroz e instalados en la zona desde hace una década.

La opinión del relator generó dudas en el juez Carlos Alberto Menezes Direito, quien solicitó al tribunal "tiempo" para examinar ese voto, que calificó de "complejo" desde el punto de vista jurídico.

El presidente del Supremo, Gilmar Mendes, aceptó la solicitud y declaró que el asunto "posiblemente" volverá a la pauta oficial de la suprema corte durante "este mismo semestre".

Cientos de indios que asistieron a la sesión y otros que estaban a las puertas del Supremo Tribunal en Brasilia expresaron su pesar por la decisión, que en el fondo deja todo en la misma situación que estaba, pero durante un tiempo no precisado.

La abogada Joênia Wapixana, miembro de la etnia Wapixana y que vive en la reserva, representó a los indios durante la sesión y dijo que la suspensión solo lleva a "prolongar las tensiones" en la zona.

Con el rostro pintado con los colores tradicionales de su tribu, la abogada expresó, sin embargo, su confianza en el Supremo Tribunal y aseguró que los indios "no cederán" en su "reclamo de justicia".

Los productores de arroz mostraron la otra cara de la moneda y celebraron la postergación del proceso.

"Conmemoramos porque, de ese modo, ganamos tiempo para argumentar y convencer a los otros magistrados", declaró el empresario Julio Jordão, secretario de Salud de la ciudad de Pacaraima, que tiene unos 5.000 habitantes y está dentro de la reserva, por lo que corre el riesgo de desaparecer.

En la reserva y en la ciudad de Boa Vista, capital del estado de Roraima, fuentes oficiales dijeron que el día fue de tensión ante la posibilidad de que el fallo causase protestas de una u otra parte, que en los últimos meses han protagonizado aislados y violentos enfrentamientos.

La Policía Militar estuvo durante toda la jornada acuartelada en la zona y en situación de "alerta", y permanecerá así al menos hasta el viernes, explicaron portavoces de ese cuerpo.

La reserva ocupa un área de 1,7 millones de hectáreas, que supone el 7,7 por ciento del estado de Roraima, y está habitada por 18.000 miembros de las etnias Macuxí, Taurepang, Wapixana, Ingarikó y Patamona.

Los empresarios fueron respaldados en su demanda por las propias autoridades locales de Roraima, pues sus operaciones equivalen a cerca del 10 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de ese estado.

La creación de la reserva por parte del Gobierno causó reacciones hasta en el Ejército, en el que algunos generales consideraron que "entregar" cerca de 500 kilómetros de fronteras con Venezuela y Guayana a los indios es un "atentado contra la soberanía nacional".

"Serra Raposa do Sol" es la mayor de las 600 reservas indígenas que existen en Brasil, que están habitadas por cerca de 480.000 miembros de 227 etnias y ocupan 109,6 millones de hectáreas, que representan el 13 por ciento del territorio nacional.