Pensilvania: ¿Por qué es tan importante para demócratas y republicanos?
Las principales ciudades de Pensilvania se han vuelto el campo de batalla político preferido tanto para republicanos como para demócratas.
Así lo explicó el diario The New York Times al relatar la importancia que ha adquirido este estado “vacilante” en la carrera por la presidencia.
“Cuando la vicepresidenta Kamala Harris presentó su programa económico, fue a Pittsburgh. Cuando presentó a su compañero de fórmula, fue a Filadelfia. Y cuando tuvo que elegir un lugar para el primer mitin de otoño de Barack Obama este jueves, volvió a Pittsburgh. El expresidente Donald J. Trump ha destinado la mayor parte de su presupuesto publicitario a Pensilvania y ha celebrado más mítines en el estado que en cualquier otro campo de batalla desde que Harris se unió a la carrera, incluidos dos el miércoles y tres en la última semana”, explica el diario en un artículo titulado “La batalla por el estado más disputado de Estados Unidos” que firma Shane Goldmacher.
Las razones de esta tendencia son claras. Pensilvania cuenta con 19 votos electorales, lo que lo convierte en un estado clave a la hora del conteo en las urnas, pues el número mágico para ganar la presidencia de la república es de 270 votos electorales en todo el país.
"Si ganamos Pensilvania lo ganamos todo", dijo el Presidente Trump durante uno de sus mitines, recuerda el diario neoyorquino.
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Por el lado de la campaña de Kamala Harris, la historia es la misma. Ello queda demostrado en la gran cantidad de recursos y dinero que han gastado en hacer presencia en esta zona del país.
Los estados vacilantes son definitivos en cada procesos electoral. Ellos definen los resultados en un país cada vez más polarizado, en el que hay zonas definitivamente demócratas y zonas definitivamente republicanas que no van a cambiar en las actuales circunstancias.
Esta campaña de 2024 ha sido muy particular y casi única en la historia de los Estados Unidos. Mientras que Donald Trump, el candidato republicano, ha sufrido dos intentos de asesinato, los demócratas tuvieron que cambiar su candidato, el actual presidente Joe Biden, cuando tuvo un mal desempeño en el primer debate público, algo que no había pasado en la historia reciente.
Aún así, la balanza aún no se inclina hacia ninguno de los dos candidatos que siguen presionando a sus campañas para hacer lo mejor en la recta final.
Las elecciones serán el próximo 5 de noviembre. Solo entonces los estadounidenses dirán en las urnas quién quieren que dirija los destinos de la nación más poderosa del mundo durante los próximos 4 años.
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