¿Adiós a la inflación y los precios altos?
En medio de las turbulencias geopolíticas, hay buenas noticias en el frente económico. Mientras que los bancos centrales del mundo consolidaron una estrategia de reducción de tasas, los datos de inflación confirman que el mundo acaba de cerrar un ciclo de tensión en los precios.
Así por lo menos lo dejaron en claro los datos de inflación de Europa que registró en septiembre la variación de precios más baja desde 2021. Según lo reportado por las autoridades económicas europeas, el aumento interanual de los precios de consumo en la Unión Europea fue de 1,8% en el noveno mes, frente al 2,2% de agosto, gracias al descenso de los costes energéticos, especialmente. Las predicciones de los expertos preveían un incremento del 1.9%.
La Agencia AFP reportó que la inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco y es un indicador clave para el BCE, se redujo ligeramente al 2,7% en septiembre, frente al 2,8% de agosto, según la agencia oficial de estadística de la UE.
La jefa del banco central, Christine Lagarde, declaró el lunes que los responsables de la fijación de tipos tendrían en cuenta los nuevos datos sobre inflación "en nuestra próxima reunión de política monetaria de octubre".
El organismo con sede en Fráncfort ya ha recortado los costes de financiación en dos ocasiones en los últimos meses, y los datos del martes aumentarán las esperanzas de una nueva reducción en la próxima reunión del 17 de octubre.
Se trata de un cambio notable con respecto a las expectativas de los economistas a principios de año, cuando muchos expertos pronosticaban que el próximo recorte se produciría en diciembre.
Las últimas cifras "deberían bastar para convencer al BCE de que recorte los tipos en octubre, aunque la inflación de los servicios siga siendo elevada", afirmó Franziska Palmas, economista jefe para Europa del grupo de investigación Capital Economics.
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La subida de los precios al consumo se ha ralentizado significativamente desde el máximo del 10,6% alcanzado en octubre de 2022, después de que los costes de la energía se dispararan tras la invasión rusa de Ucrania ese año. La inflación por las nubes empujó al BCE a subir los tipos de forma agresiva, pero con la inflación ahora por debajo del objetivo, las "preocupaciones del banco parecen estar cambiando hacia el entorno de crecimiento mediocre", dijo Bert Colijn del banco ING.
El BCE declaró el mes pasado que espera una expansión de sólo el 0,8% este año, una cifra revisada a la baja respecto a la anterior predicción del 0,9% publicada en junio.
La ralentización de la inflación se produce después de que los precios de la energía cayeran bruscamente un 6,0 por ciento en septiembre, frente al descenso del 3,0 por ciento de agosto, según datos de Eurostat.
El mundo tuvo que enfrentar un golpe inflacionario a partir de 2022, cuando los problemas logísticos y la guerra en Ucrania incrementaron las presiones sobre la cadena de suministros y sobre materias primas claves como el gas y la úrea. Esto impacto muchos sectores.
Ahora con la decisión de la FED de dar inicio a un nueva ciclo de reducción de tasas de interés, se despeja el camino para que haya una recuperación económica más sólida.
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