En Colombia se ha desatado una polémica por una idea que soltó el presidente de la República, Gustavo Petro, durante una de sus alocuciones: hay que reducir la edad de jubilación, porque “la vida no es solo trabajar”, aseguró.

Momentos después, acotó más su propuesta con algo que parecía más una retractación y señaló que reducir la edad de pensión solo es posible para países desarrollados donde la productividad haya alcanzado niveles adecuados.

Debemos convenir que realmente es una mala idea, inclusive para los países desarrollados.

El debate sobre la edad de pensión se vuelve a poner sobre la mesa también por la decisión de China de aumentar sus edades de jubilación, en una movida que no se realizaba desde los años 50. Las autoridades de la potencia oriental aumentaron la edad de retiro de los hombres que va a pasar de 60 a 63 años y la de las mujeres de 55 a 58 años. El proceso será gradual de aquí a 2040.

Según reportó la China Global Television Network (CGTN), red oficial de noticias de ese país, la decisión se explica por los cambios poblacionales que ha sufrido esta nación en los últimos años, dijo Wang Xiaoping, ministro de Recursos Humanos y Seguridad Social.

Dentro de los cambios se destaca, que la esperanza media de vida ha aumentado hasta los 78,6 años hoy; en 1949 era de 40 años. Igualmente, hay un mayor nivel educativo, pues la media de años de educación de los nuevos trabajadores pasó de 8 años a 14 años en la actualidad. Esto hace que las personas empiecen a trabajar más tarde porque dedican varios años adicionales a su formación profesional.

En general, los países están sufriendo un cambio radical en su pirámide poblacional que cada vez está conformada por más personas adultas y de la tercera edad. Hay dos explicaciones para esto.

Primero, las personas están viviendo más: hoy la expectativa de vida promedio en el mundo es de 72 años, cuando en los años 60 apenas alcanzaba a los 50 años. De otra parte, la tasa de fecundidad viene cayendo drásticamente. Pasó de 5,32 hijos por mujer en los 60 a 2,2 en 2021.

Esto impone desafíos a los sistemas de pensiones que tradicionalmente se han fundado en esquemas de reparto, en el que las generaciones jóvenes financian el pago de las mesadas de las personas que se jubilan.

Estos sistemas se han vuelto completamente problemáticos. Alemania es un caso ejemplar, pues allí fue donde nacieron los sistemas de seguridad social en pensiones durante la era de Bismarck. El país europeo acaba de aprobar una reforma pensional para garantizar a través de un fondo multibillonario los recursos suficientes para pagar las pensiones en las próximas décadas. Y muchos partidos políticos están pidiendo que se vuelvan a revisar las edades de jubilación que hoy están en 67 años para hombres y mujeres.

La edad de pensión es un tema central en el debate político actual. En Estados Unidos existen unas reglas fundadas en el principio del ahorro y la responsabilidad individual. Según CNN, son muy variados los productos que existen para lograr una jubilación con estabilidad financiera.

No obstante, es claro que algo está pasando con la expectativa de vida y con las tasas de fecundidad que viene cambiando de manera importante y eso impone desafíos financieros a los sistemas de pensiones.

De otra parte, es claro que la mayor parte de las personas considera que tiene mucho que aportar más allá de su jubilación y que hay vida productiva inclusive más allá de los 80.

Es importante abordar estos desafíos, porque con las caídas en las tasas de natalidad, muy pronto la población mundial enfrentará una realidad: viviremos en una sociedad más veterana y eso implicará enormes desafíos para la atención de las personas que están en la tercera edad. Que empiece la discusión.